VIII. Los Cipher

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Dipper ya había aceptado el hecho de que moriría a manos del presuntuoso amor de su vida cuando este extraño pelirrojo apareció salido de la nada salvando su vida, aunque al parecer estaba ahí puramente por Will.

Vio a los dos en el suelo forcejeando hasta que de repente el peliazul reconoció al mayor, cosa que provocó que soltara el agarre sobre el arma y se quedará quieto, casi estupefacto al ver el conocido rostro de...

—Phill —dijo incrédulo el peliazul.

¿Quién era ese Phill? Wow, empezó a reflexionar dándose cuenta que en serio Will nunca le contaba nada muy personal. Se dio cuenta que siempre evitaba hablar sobre su pasado, casi como si odiara quién había sido, aunque aveces simplemente era como si en realidad no recordara una parte importante de su vida.

Desvío la mirada de los dos individuos en el suelo para ver a la figura imponente que estaba de pie frente a él. Levantó la mirada encontrándose con un chico azabache que jamás en su vida había visto.

—Levántate, será mejor que te alejes de Will por ahora —dijo seriamente, Dipper no lo pensó mucho y a duras penas obedeció.

Es decir, hace apenas unos segundos estuvo a nada de morir. Denle un respiro por favor, seguía en shock.

—¿Qué carajo estabas a punto de hacer, William? —escuchó decir al pelirrojo mientras se levantaba del suelo, el peliazul imitó su acción—. ¿Estás loco? ¿Tienes idea de lo que pasa si asesinas a tu soulmate? —lo sujetó de los hombros.

—Sé lo que pasa, no tienes que recordármelo, hermano —escupió la última palabra de forma venenosa, se zafó de su agarre, una clase de energía azul eléctrico escapaba de los ojos de Will, clara señal de que estaba enojado—. No soy el estúpido que creen que soy.

—Nadie cree eso —el pelirrojo frunció el ceño.

—¿No? —rió sin ganas, levantó su brazo y fue subiendo su mano por el pecho del mayor hasta llegar a su cuello—. ¿Dónde estuviste cuando esos tipos de grados mayores me molestaban? ¿Dónde estuviste cuando ellos se burlaron de mí? ¿Dónde estuviste... —apretó el cuello del pelirrojo hundiendo sus dedos en la piel de éste, vio un hilo de sangre descender lentamente pero ninguno hizo nada, el peliazul levantó la mirada encontrándose con la arrepentida de su hermano— cuando me destrozaron?

—Will... —tomó la muñeca del mencionado y con algo de fuerza hizo que se zafara del agarre que la verdad ya comenzaba a lastimarlo—. Vendrás a casa conmigo. Cancela el trato con los Gleeful, ahora.

El peliazul se mantuvo un momento en silencio, cruzó sus brazos abrazándose a sí mismo mientras se encogía en su lugar.

—Tsk, no puedo.

—Sólo tienes que decirle que-

—¡No es tan fácil! ¡Firmé un contrato, maldita sea! —extendió un papel que hizo aparecer de la nada mostrándoselo al pelirrojo.

—Carajo, William... —tomó la hoja examinándola con cuidado—. Tú no eres un demonio de almas.

—Ya lo sé —rodó los ojos.

—Espera, ¿qué? —el azabache le arrebató la hoja al pelirrojo y la leyó rápidamente—. Sí sabes que esto acabará contigo, ¿no?

—¿Importa?

—¡Sí! ¡No pienso que seas el segundo en morir en la lista de los hermanos Cipher! —exclamó frustrado el pelirrojo.

—No pienso morir tan pronto —les arrebató la hoja—. Apártense o los mataré a los tres.

Why So Blue? [Will Cipher]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora