"Valora la vida porque es el único regalo que solo se nos da una vez"
Esta frase no deja de golpear mi cabeza, esas palabras tan sabias que hace mucho tiempo me dijo mi abuelo, y que, ahora que lo pienso, como tenía razón. La vida es el mejor regalo que nos pueden dar. Es por ello que deberíamos de apreciarla al máximo y hacer de ella lo mejor para nosotros. El problema es que ahora mi vida no es la mejor; porque yo, a diferencia de lo que me dijo mi abuelo, la vida si me dio una segunda oportunidad, pero no sé si decir que estoy agradecido o decepcionado por ello.
Todavía sigo con las dudas en mi cabeza preguntándome una y otra vez que hubiera pasado si hubiera hecho las cosas un poco diferentes, si hubiera cambiado mi manera de actuar. Sé muy bien que todo esto no importa, porque el hubiera no existe y porque realmente no sé si me hubiera gustado cambiar mi manera de ser y de cómo vivía la vida, porque la verdad mi pasado me encantaba. Y ahora con los nuevos recuerdos que hice mientras vivía una nueva vida, o hacia una farsa de ésta, pude darme cuenta que en definitiva debo disfrutar al máximo mi presente pero cuidándome de llegar a tener un futuro. Es decir, no debemos permitir que por esa satisfacción o gusto que estamos sintiendo al hacer algo en nuestro presente, llegue a afectarnos tanto que nos provoque no continuar con nuestra vida; y termine destruyendo todo lo que hubiera sido nuestro futuro.
Si esto lo hubiera pensado antes de mi trágico accidente, mi realidad sería muy diferente a esta que ahora estoy viviendo.
Ese accidente ahora que lo pienso, es algo que jamás me dejara de perseguir. Y hasta que no vuelva a ser mi verdadero yo de nuevo, no me permitirá ser completamente feliz. Ahora lo único que me queda completamente claro es que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir hacia adelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido único.
Aún recuerdo como era mi vida antes de toda esta red de confusiones por la que estoy pasando ahora. De hecho puedo sentir como si todas esas cosas que hacía antes de casi morir estuvieran rondando en mi cabeza con una increíble claridad.
Pero el día del accidente es el recuerdo que más presente tengo en mi memoria…
Anaheim, California 2011
Mi nombre es Alexander Hunter, pero todos me conocen mejor como Alex Hunter. Y si se preguntan si mi vida es genial, la respuesta es sí. Mi vida es casi tan asombrosa como yo.
- ¡Vamos Alex es hora de levantarse!- Scott me gritaba desde la otra habitación.
Scott White es uno de mis mejores amigos al igual que Ethan Lancaster.
Y sí, ahorita estoy viviendo con Scott. Como la relación que llevo con mi padre no es del todo buena o amorosa, decidí irme de la casa, ya que no podía más con las constantes discusiones que tenía con él. Y cuando le conté a Scott lo que sucedía en mi casa, él me ofreció venirme a vivir con él y su hermano menor Elliot.
Scott y yo nos conocimos hace 2 años cuando él me defendió de unos chicos que me golpeaban en un parque por culpa del imbécil de Jake Adams y sus estúpidos celos porque salía con su hermana Sally. Jake me prohibió seguirme involucrando con ella, yo lo ignore, y entre él y sus amigos me raptaron y me golpearon en un parque abandonado, pero por ese parque iba pasando Scott y se detuvo a defenderme. Desde entonces nos convertimos en mejores amigos. Aunque como ya mencioné, también esta Ethan, al cual conocí el primer día de clases en mi primer año de preparatoria, cuando los dos teníamos tan solo 15 años.
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"Recuerdos Rotos"
RandomAlex Hunter era un chico problemático y desinteresado. A él solo le gustaba estar en donde su vida corriera peligro y su adrenalina se sintiera al máximo. Alex con tan solo 18 años, ya le había perdido el miedo a cualquier cosa, y lo que fuera arrie...