Cambridge, Massachusetts 2014
Estábamos terminando de desempacar las cajas que había traído la mudanza. Y todo gracias a que papá había mandado a traer todas las cosas que habíamos comprado en New York para nuestra nueva casa – Desde los muebles más grandes hasta los objetos de decoración más pequeños –. Y tengo que decir que el trabajo fue más difícil de lo que me esperaba.
Yo imaginaba que solo tendríamos que acomodar y limpiar – tarea fácil –, pero en cuanto comenzamos con el trabajo, me di cuenta que no es nada sencillo. Tuvimos que armar algunos muebles y aparatos, limpiar toda la casa, decorar, acomodar, cargar las cosas, subir y bajar una y otra vez hasta que ya no pudimos más.
En pocas palabras esto de mudarse y hacer el trabajo solo entre dos personas era realmente agotador.
Sé que han pasado ya varios meses desde que desperté en aquel hospital, y que debería de sentirme muy feliz por ello. Y en efecto así me siento, pero a la vez no puedo evitar sentirme como un bicho raro que poco a poco va conociendo más sobre la vida.
Tengo que decir que me siento demasiado vulnerable a todos los golpes de la vida, ya que aún soy muy ingenuo para poder defenderme de todo lo que puede llegar a ponerse enfrente de mí, y eso no me gusta, porque no quiero salir lastimado a causa de no poder protegerme de todo lo malo que puede estar disfrazado de bueno.
Y esto de viajar a otro lugar, específicamente para estudiar y prepararme para mi futuro, solo me hacía sentir en cierto modo más incómodo y nervioso.
Aunque tengo que decir que el haber ingresado a un curso intensivo especializado para ayudarme a recuperar todas aquellas enseñanzas que vi durante mis años en la escuela, me ayudó de mucho ya que hizo que me sintiera más seguro de mí mismo y ayudo a reforzar mis conocimientos.
Académicamente hablando ya estaba preparado para entrar a la universidad. Pero emocionalmente aun no lo estaba, ya que mi angustia ante conocer personas nuevas no dejaba de molestar.
En julio papá nos dijo que al lugar donde nos íbamos a ir a vivir era a Cambridge Massachusetts para estudiar en la universidad de Harvard – la mejor universidad del país –. Yo no sabía de qué estaba hablando, pero recordaba muy bien que me había dicho que yo quería irme a estudiar a Massachusetts desde antes de sufrir mi accidente, así que apoyé su decisión.
Por otro lado a Alice no le importaba mucho en que universidad estudiaríamos mientras se respetara lo que ella quería estudiar – ciencias sociales y humanidades –. Mi papá no estaba muy contento por la carrera que quería ejercer mi hermana, ya que él prefería que estudiara derecho, pero al final de cuentas se respetó la decisión de Alice.
Y gracias a nuestro promedio y a las influencias de mi padre, entramos sin ningún problema a la universidad.
Así que nos mudamos a Massachusetts, no muy alejado de New York para que mi padre nos pudiera venir a visitar seguido.
Mi padre, antes de irnos, nos avisó que en la casa solo estaban preparadas nuestras habitaciones, ya que él pensó que era lo más importante. Porque si nosotros llegábamos cansados del viaje podíamos ir a descansar a nuestras recamaras sin preocuparnos de que no estuvieran listas.
Pero de todo lo demás teníamos que encargarnos nosotros, ya que todo tenía que ser decorado a nuestro gusto.
Así que aquí estábamos, muy cansados por estar toda la mañana trabajando arduamente en la decoración de la casa, además de haber acomodado todos los muebles en sus respectivos lugares.
Aunque ya estábamos por acabar, aun nos faltaba acomodar los utensilios de la cocina, así como también la ropa, los objetos personales de cada uno y los productos tanto de limpieza como los que normalmente necesitábamos cuando nos arreglábamos.
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"Recuerdos Rotos"
NezařaditelnéAlex Hunter era un chico problemático y desinteresado. A él solo le gustaba estar en donde su vida corriera peligro y su adrenalina se sintiera al máximo. Alex con tan solo 18 años, ya le había perdido el miedo a cualquier cosa, y lo que fuera arrie...