Rafa: —¿Villa Fournier? —preguntó al leer un cartel descolgado en una tienda de ropa que contenía: «Hecha con amor en Villa Fournier»
Paul: —¿Te suena este lugar?
Rafa: —Para nada —negó con la cabeza, siguiendo con la mirada la figura de su compañero.
Paul: —Debe ser uno de los clásicos pueblitos a los que tu familia te llevaba de vacaciones, como Carlos Paz —una sonrisa se plasmó en su rostro—. Ese pequeño pueblo si lograba sacarle una sonrisa a cada persona que iba allí. Incluso lo hace conmigo ahora, y eso que solamente lo recuerdo, eh —rio.
Rafa: —Nunca tuve la oportunidad de ir de viaje —Paul volteó su cabeza al oír a su amigo, con el entrecejo fruncido—. En serio. Supongo que a mis padres no les gustaba la idea de «Despejar la mente».
Paul: —¿Aunque sea has visitado alguna localidad cerca de Rosario? —agarró una botella que se encontraba de pie en el piso, esta estaba casi vacía, pero aún contenía un poco de agua.
Rafa: —¿Te sonaría gracioso si te dijese que solamente en el Apocalipsis? —bufó con sorna, intentando canalizar lo serio de su noticia. Mientras que cuando el chico volteó a ver a su compañero, este estaba apretando con mucha fuerza su labio inferior, tanto que tranquilamente se podría decir que se quedaría sin piel. Bastante normal a su punto de vista, es decir, ¿quién no se echaría a reir?
Paul: —Disculpa —se puso en cuclillas, haciendo presión en su pecho con ambas manos para que la risa cesara—. No quiero ser irrespetuoso, pero suena bastante gracioso —limpió una pequeña lágrima que estaba recorriendo su rostro—. Tengo que tomar un poco de agua.
Rafa: —Exagerado... —negó con su cabeza, pero rápidamente puso atención en su amigo al verlo destapar la botella que previamente había encontrado en el suelo—. ¡Hey!, ¿en qué estás pensando?
Paul: —¿En satisfacer mi sed? —contestó sarcásticamente, lo que agravó la intensidad de los ojos de su amigo sobre él.
Rafa: —¿Si sabes que existe la Diarrea y la Gastroenteritis, verdad? Sos médico, deberías saberlo.
Paul: —Exactamente, y como soy médico sé con sabiduría que esta agua está en perfectas condiciones, es reciente.
Rafa: —Podría ser el agua de alguien más... —nombró más justificaciones, con la intención de desarmar la nube de seguridad en la que su amigo se encontraba. A estas instancias ya no se podía estar seguro de las cosas, todo se podría revertir en segundos, y no contaban con un hospital lleno de suministros si Paul llegaba a enfermar.
Paul: —Claro. Decime Rafa, ¿quién viviría acá, en medio de la nada?
De repente, un «tic» del seguro de una pistola siendo removido aniquiló el ambiente pacífico que la tienda contenía. Las caras de los chicos había cambiado repentinamente, al igual que sus ganas de seguir argumentando contra el otro. Pero sobretodo la de Paul, el sonido provino justo detrás de él, como si la muerte llegara en una carroza tocando su campana. En cambio, Rafa, ejercía esfuerzo para lograr visualizar quién era la persona que se encontraba detrás de su compañero, pero la firme posición en la que Paul se mantenía dificultaba las cosas, ya que él corría el mismo riesgo que el otro chico.
Los escalofríos se fueron produciendo a medida que los pasos se agigantaban, el jóven podía sentirlo pegado a su espalda, solo quería pensar que era su mente jugando con él, una simple y sucia broma. En cambio, el inocente pensamiento se esfumó en cuanto sintió el afilado cañón justo en su espina.
ESTÁS LEYENDO
Day Z T5 S.O
Ciencia FicciónCon la fe perdida, las ilusiones fragmentadas y el deseo de vivir en paz roto, el grupo de Nicolás necesitará dar todo de sí para volver a reunirse. El inesperado ataque de Harper los quebró por dentro y los dejó sin hogar. Sin embargo, las ganas de...