Ya hace bastante tiempo que tuve que dejar de lado mi vida personal, para no poner en peligro a las personas que la formaban. Mi trabajo a subido de nivel y gracias a mi jefe pude seguir en el después de que descubriera que soy hija de un mercenario enemigo de la CIA. Tras descubrir eso, muchas de las cosas que me habían pasado desde que entre en la policía, cobraron sentido. También me tuve que mudar un poco más lejos de donde vivía, por cuestiones de trabajo y seguridad. Y dejar atrás a las personas que quería para no ponerlas en peligro.
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Acababa de llegar a la oficina y ya el capitán me estaba llamando a su despacho. Después de este caso, lo único que quería era una ducha y echarme unas horas en la cama.
Entro en el despacho y tras cerrar la puerta le digo creyendo saber por lo que me había llamado:
- Yo creo que el mejor caso de la última semana y lo mejor nadie salió herido, todo salió según lo previsto.
-Agente tengo que preguntarle una cosa importante, que no tiene nada que ver con el caso de hoy, siéntese.
Me siento frente a la mesa, curiosa de saber de que se trata.
- Hace unos años salió a la luz cierta información de usted y sus orígenes, que es la hija del mafioso y criminal más buscado por la CIA y la interpol. En cambio a su historial y a su esplendida formación, yo decidí que estuviera en mi agencia.
-Señor si hice algo mal dígame, o si he puesto en peligro a algún agente, asumo mi responsabilidad.
-No, el tema es que hace pocos meses un par de agentes especiales, consiguieron unos pases para al fin acabar con el segundo criminal y mafioso más buscado. Y por supuesto la pregunta es ¿Quieres atrapar al hombre que te quiere y casi consigue matarte?
-¿Señor se refiere a Romanof? - me levanto de la silla y doy un par de pasos con las manos en la cabeza, un pequeña sonrisa se dibuja en mi cara - por supuesto señor, quiero acabar con ese hijo de perra.
-Perfecto, como imaginaba, me he encargado personalmente de elegir a los mejores agentes que estarán a su mando durante la operación-extiende la mano
-Señor le agradezco, pero no puedo poner en peligro a más agentes, si algo sale mal, prefiero ser la única que page las consecuencias.
-Están lo suficientemente preparados para evitar errores y menos que el equipo corra el mínimo peligro.
Lo pienso durante pocos minutos y le estrechó la mano con fuerza.
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Llegó a casa, estoy agotada, dejo las llaves encima de la encimera de la cocina y a medida que entro en las habitaciones me voy quitando la ropa, hasta llegar al baño.
Abro el grifo para que se valla calentando el agua, mientras me termino de quitar la ropa. Ya completamente desnuda, me miro en el espejo. Cada cicatriz representa un momento específico de mis 28 años de vida en los que ese hombre a intentado marrarme. Algunas duelen nada más verlas, como las tres de debajo de mi pecho. Las acaricio suavemente con la punta de mis dedos, provocando un escalofrío por todo mi cuerpo. Salgo de mis pensamientos y me meto en la ducha.
Al salir me envuelvo en la toalla para luego en mi habitación, ponerme unos pantalones de chándal grandes y una sudadera vieja, pero de lo más cómoda.
Me tiro en la cama y de un segundo a otro me quedo dormida.
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Justo ababa de caer la última gota del café más asqueroso que había probado nunca, cuando el jefe se asoma a la puerta y me dice que me espera en la sala de mando. Le echo azúcar y salgo de la pequeña cocina revolviendo esa cosa que llaman café. De camino me cruzo con la última persona que esperaba encontrarme en una agencia secreta de "espías" de alto mando.
-¿Alejandro?
Si a Alejandro, aquel hombre y policía que me sacó del incendio que casi me mata hace 5 años y estuvo conmigo en el hospital.
-Selena cuanto tiempo.
Dijo falseando sorpresa.
-Bueno en realidad me llamo Lara.
Digo confundida de volver a verlo, tras 5 años y en una agencia secreta de "espías" de alto mando.
-Lara, un bonito nombre.
Apunto de preguntarle que hacia aquí, el jefe, que se encontraba en la puerta de frente a nosotros dice:
-Entren no tengo mucho tiempo.
Dijo "entren", ¿los dos?. Cruzamos el marcó de la puerta y nos sentamos en lados opuestos uno del otro en la gran mesa. No puedo apartar la mirada de él, es muy confuso y realmente no me esperaba volver a verlo ¿A él también lo ascendieron, desde cuando? Tengo muchas preguntas la vedad.
-Bueno, mírense unos a otros y acostúmbrense, porque estos van a ser sus compañeros para acabar con una de las mayores amenazas y enemigo de la CIA. La agente Lara va a ser su nueva jefa, ella va a ser la que esté al mando en todo momento y mejor que nadie conoce el tema, así que les dejo con ella.
Me levanto y ocupó el puesto donde estaba de pie el capitán.
-Lo primero que quiero que tengan claro de esta misión es que llevo el suficiente tiempo persiguiendo a ese criminal como para saber que él solo quiere matarme por venganza. Pero hoy empieza el primer día, del último que le queda a él. Ustedes van a ayudarme a acabar con este capullo. Como ya les dije antes, va a ir a por mi, así que lo único que quiero que no hagáis es, interponerse entre una de sus balas y yo, no permitiré que por culpa de mi seguridad uno de ustedes acabe en la morgue. Si alguien decide llevarme la contraria al respecto, en cualquier circunstancia, me encargaré de que no vuelvan a fallar una orden.
Se hace el silencio hasta que uno de los cinco levanta la mano.
-¿Y como sabemos si tu eres de fiar? Digo porque he oído que eres la hija de el mayor mercenario que conoce la CIA y la interpol.
Lo miro unos largos segundos intensos, ese comentario mataba más que un asesino en serie, y a pesar de estar mínimamente distraída con Alejandro y su mirada profunda que me estremecía, le contesto seria y neutral:
-Si no te fías de mí, que haces sentado en esta sala y mirándome. Hay una cosa que es esencial en un equipo, la confianza, si no confías en que yo te pueda salvar en cualquier situación de peligro, vete.
Las miradas pasan de mí a él en milésimas de segundo.
-Muy bien ¿más preguntas?-Digo evitando que conteste.
Una chica joven interrumpe la roda de miradas con cada uno:
-¿Si nosotros no podemos protegerla a usted, que vamos a hacer ahí dentro?
-No todo es la protección del equipo en una misión, hay factores más importantes, pero igual mente hay otros 4 compañeros en el equipo que necesitarán protección en algún momento.-hago una pausa esperando preguntas estúpidas de falta de confianza- Más preguntas estúpidas o nos ponemos a trabajar.
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Salimos de la sala a la vez y nos dirigimos a los ordenadores. Derek empieza a informar :
-Lo primero es que no ha sido nada fácil, pero viendo notas de usted e informes, hemos podido encontrar una serie de salidas que hace en las que la vigilancia y la protección son menos y con un poco de suerte podemos con ellos y también llegar a él.
La mujer continua:
-El plan es sencillo, es una fiesta que da mensualmente, de la que sospechamos que es para intercambiar mercancía. Usted y el nuevo se infiltran, yo estaré en el techo y entraré desde fuera con Mike y Dylan se encarga de dirigirnos desde los ordenadores con los planos.
Me quedo callada mientras miro la cara de aquel hombre en la pantalla del ordenador y recuerdo la primera vez cuando lo vi.
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Tres balas en el pecho #2
ActionPor fin a Lara se le presenta la oportunidad de matar al hombre que hizo que se separará su familia y que muriera su madre. El destino también le regalará a un hombre para firmar una familia.