"Tres Balas En El Pecho 4"

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Esta tarde después de la comida tengo medico para mi corazón, uno de los mejores regalos que me ha echo mi padre en la vida es joderme el corazón física y emosionalmente. Al parecer aparte de que algunos de los fragmentos de bala se quedaron alojados cerca de mi corazón, provocandome casi la muerte, por parte de mi padre tengo problemas cardíacos. Ole por él.
Así que después de salir del trabajo a la hora de comer, me pongo el caso y me voy en moto a casa, allí me baño otra vez y me preparo para ir al medico, solo va a ser una revisión así que después quería ir a comprobar una cosa, después les cuento mejor.
Me vuelvo a subir en la moto y me voy para el médico, donde me hacer un tag y electrodo de esos, para ver como está mi corazón, por suerte otro mes más mi corazón sigue fuerte como un roble. Desde hace cinco años no me da un infarto  que me dejará en una línea plana, pero si he tenido otros problemas como taquicardia, algo de lo el médico dice que es heredado lo más seguro. Y aunque nunca conocí a mi mamá, estoy segura de que tuvo que pasar algo para que me abandonará, aunque sabiendo quien es mi padre pues... Me hago una idea.
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El recado que les decía antes es más que un recado, una costumbre que nunca me salto, el 7 de abril de todos los años subo en moto a la montaña y desde una terraza de piedra en medio del camino, me paro y me quedo un largo tiempo mirando el paisaje de la ciudad, sencilla y acogedora en la que vivo. Estoy deceando acabar con todo esto, para que en vez de subir a la montaña sola, poder celebrar con amigos mi cumpleaños, mis padre adoptivos cada año por mi cumpleaños me hacían un juego para encontrar los regalos por la casa con pistas.
Se que todo va a ser diferente que no se si voy a tener el valor de acabar con ese hombre que me  ha echo infeliz, tal vez sea diferente pero mejor que ahora.
Tras un par de lágrimas, me vuelvo a subir a la moto y de camino a casa y acompañada del atardecer naranja, azul y rosa, compro una botella de whisky. Mientras que no salga de casa y no me pase bebiendo nada puede salir mal.
Llegó a casa y lo primero que hago es quitarme la chaqueta de cuero y sacar un vaso donde pongo un par de bloques de hielo y me sirvo el whisky.
Dejo la botella encima de la mesa del salón y tras beberme lo que me había servido, hago una mueca amarga. No todos los días me puedo permitir beber alcohol, así que el sabor es familiar pero nunca consigo acostumbrarme. Relleno el vaso de nuevo y tras un sorbo, lo dejo encima de la encimera de la cocina y me voy a mi habitación para cambiarme a algo más cómodo. Unos pantis negros por encima de la rodilla y un suéter gris que me queda grande, me hago un moño y vuelvo al salón cojo mi copa y tras beberme esta de una  y servirme otra siento mareada, como si... Me hubieran drogado.
Esa es la primera palabra que se me vino a la cabeza cuando de repente todo se volvía borroso y no podía mantenerme en pie. Hasta que termine de cerrar los ojos acostada en el suelo sin poder moverme.

Tres balas en el pecho #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora