O3. Trato Hecho.

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Una chica morena silbaba una cancioncilla que se le había pegado hace unos días y no había podido sacar de su mente. Silbando mientras arreaba las riendas del caballo que dirigía la carreta.

En un sendero para llegar a su destino.

Mientras tanto, Levi despertaba algo mareado. Que te droguen dos veces seguidas no es divertido amigos.

Con dificultad levantó la vista, sentía su cuerpo pesado. Dándose cuenta de que ese no era la habitación dónde había quedado con el ladrón. Era como una especie de carreta, y el sonido de las pezuñas del caballo lo comprobó.

Bueno, al menos vio su sartén a un costado, eso lo tenía mas calmado pero no lo suficiente. Pero algo no andaba bien, empezando por la manta que lo cubría y por la extraña mano que rodeaba su cadera como un soporte. Con lentitud y curiosidad subió la vista topando así con el rostro dormido de Eren.

Estaba reposando sobre el hombro de Jaeger sin saberlo. Se quedó viendo las facciones un poco maduras del joven que incluso murmuraba cosas al estar dormido. Pero no por mucho tiempo.

Empujó el cuerpo del moreno jalando su sartén.

—¡Tu maldito! —Levi lo apuntaba con el objeto sin piedad alguna y con molestia realmente notoria. Eren solo sonrió sorprendido.

El enano estaba sobre sus hombros apoyando su propio peso para que no se moviera.

—Despertaste —dijo sonriendo, lo que le pareció un acto de sinismo puro a Levi.

—¡Me dormiste, traidor! —sin pensarlo iba a atacarlo. Pero un ruido lo hizo voltear.

—¿Eren? —miró a un costado dónde provenía esa voz algo chillona pero dulce. Sin duda era una chica. Sintió un brazo ajeno lo jalaba al suelo. Por un momento se había distraído.

Ahora Eren era quién estaba sobre él. Empujando sus hombros contra el suelo impidiendo que moviera un solo músculo.

—Escucha, necesito que te quedes totalmente callado. Si quieres salir de aquí, solo haz lo que te diga —la mirada fría, y demandante del moreno era totalmente distinta a las anteriores. Era fiera que incluso lo hizo temblar, no negó nada e inconscientemente asintió.

—Oigan ustedes... —ambos miraron a la chica morena de pecas que se asomaba con un sonrojo leve, ¿De dónde había salido? —. Tengan mas decencia... Este lugar no es para hacer eso...

Bueno, por la posición en la que Eren lo tenía, si era para pensar mal.

—¡Santo cielo! — chilló una chica rubia de ojos azules y muy pequeña, incluso mas pequeña que él. La morena suspiró y le cubrió los ojos.

—¡No es lo que creen! —dijo Eren casi a gritos.

Levi no estaba entendiendo nada.

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Enredados || Ereri. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora