Let it go, let her go (Safe and Sound, segunda temporada)

Capítulo 7: Fase dos

Jemma

Thor y Jane llegaron en la noche, cuando ya todos estábamos descansado. Habían llegado muy rápido, solo estuvieron como dos días en Asgard. ¿Acaso el padre de todo había decidido darle la bendición a su hijo para casarse con una mortal? ¿O se había negado rotundamente y los había mandado de regreso a la tierra desterrando para siempre a su único hijo?

Cualquiera que fuera la situación, sabía que mañana nos darían la noticia y que sería buena ya, que Thor estaba decido casarse con ella. No le importaba que o quien se interpusiera a su relación con su amada mortal.

A la mañana siguiente, despertamos con la noticia no era para nada buena.

Jane y Thor habían tenido problemas en Asgard y no precisamente con el padre de todo si no con Sif. Ella besó a Thor y Jane cree que él la engaño con la temida guerrera asgardiana. La mortal no quiso escuchar las explicaciones, disculpas o las suplicas por parte del dios del trueno.

Ayer por la noche ella se había marchado de la torre dejando a un triste y roto Thor.

Loki

Perfecto.

Era la palabra ideal para describir cómo iba marchando mi plan.

Thor y sus amigos estaban fuera de Asgard, el guardián del puente encerrado y el padre de todo sumido en un profundo sueño del cual no despertaría nunca.

Todo estaba listo para la siguiente fase de mi plan.

Me encaminé a los calabozos y un escalofrío me recorrió la columna al recordar mi encierro. La espalda aun solía punzarme ante la simple memoria de todas esas veces que me azotaron. El odio y coraje que tenía por Odín y Thor ardió con furia en mis venas. Me voy a cobrar todo lo que me han hecho por siglos.

Llegué a una de las puertas del calabozo y ordené a los guardias que me abrieran. Al entrar cerré la puerta detrás de mí.

Una despampanante pelirroja apareció frente a mí, encadenada y aun así no dejaba de verse tan flamante y atractiva como siempre. Su cabello rojo cual fuego le caía ondulado y largo sobre los hombros, esos ojos color chocolate que te miraban como si fuera leona lista para atacar a su presa. Sus grandes y rojos labios eran una tentación para cualquiera. Llevaba un vestido color verde azulado que marcaba sus sensuales curvas. Toda ella era una invitación al placer y a caer en tus más bajas pasiones.

Lorelei.

Recordé el día que mandé a Sif por ella. Desde el trono pude ver toda la acción que ambas habían tenido. Había sido divertido verlas pelear, Lorelei usó sus armas contra ella, restregándole en la cara como le había quitado un ex-amor y como Thor jamás la había amado. Fueron golpes bajos por parte de Lorelei, pero fue entretenido. Lo mejor de todo fue cuando un grupo de estúpidos midgardianos, que portaban del mismo uniforme con que una vez usó Jemma, ayudaron a Sif a capturar a Lorelei.

Estúpidos mortales, no saben lo que les espera.

Lorelei me miraba molesta y cierto recelo.

— ¿Qué te tiene tan molesta, querida? —pregunté. Ella no contestó debido a que tenía puesto un collar que no le permitía usar su encantadora voz. Esa voz que hechizaba a hombres idiotas—. Oh, lo siento, había olvidado que no puedes hablar—si sus ojos fueran dagas yo ya estaría muerto. Sin embargo, me reí de su amenazadora mirada—. ¿Estas molesta porque no lograste escapar y yo sí? —Sus ojos, que ardían en llamas, se llenaron de confusión. Me deshice de la ilusión de Odín y podría jurar que escuché como jadeaba por la sorpresa—. ¿Sorprendida? —Toqué su collar, pero me detuve—. Te lo voy a quitar, pero necesito que cooperes conmigo. ¿Me lo prometes querida?