Cumpleaños

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Will no era mucho de celebrar su cumpleaños

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Will no era mucho de celebrar su cumpleaños.

A veces estaba muy ocupado, y además, cumplía cinco días después que el mítico Percy Jackson, su cumpleaños era usualmente algo desapercibido.

Cuando Will llegó al campamento, por supuesto que tuvo celebraciones. No como las que le hacía su madre Naomi; pero si pequeñas fiestas organizadas por Lee y otro año por Michael. Fueron sus dos mejores cumpleaños, quizá porque era un niño pequeño e impresionable y el ser aceptado por sus hermanos mayores le causaba una felicidad más extrema de la que cualquier fiesta le pudiera dar.

Recuerda que su primer cumpleaños en el campamento fue algo pequeño pero lo llenaba de felicidad. Su hermano mayor, Lee Fletcher, lo hizo sentir realmente como si el campamento fuera su hogar. Aunque el campamento tenía una cocina por si acaso, no se usaba debido a las mesas que se llenaban solas de alimentos; sin embargo, era una cocina funcional e integral que podían usar los campistas a veces. Por ejemplo, en navidad los semidioses que se quedaban solían hacer pasteles de fresa y con lo que recaudaban de los postres tenían una pequeña navidad en el campamento mestizo, así que cualquiera que quisiera podía usar la cocina.

La tarde de su cumpleaños número 12 su otro hermano mayor, Michael Yew junto a su hermana mayor Eliza Avey lo mantuvieron ocupado enseñándole tiro con arco, algunas cosas de enfermería o incluso ayudándole a escalar pero nunca dejándolo solo por más de unos minutos y cuando la hora de la cena llegó, todos sus hermanos omitieron el comedor para ir a la cabaña 7. Fue una sorpresa cuando le llevaron con los ojos vendados y ya dentro comenzaron a cantarle un Feliz Cumpleaños. Los instrumentos, claro, siendo tocados en vivo y un pastel hecho a mano en frente de él con 11 velas. Todos sus hermanos juntos comieron en la cabaña, lo felicitaron y jugaron juegos. También le dieron su primer regalo; una camisa de franela a cuadros color verde que si bien le quedaba muy grande en ese entonces, ellos le dijeron que llegaría a crecer muy alto, estaban seguros. Lee fue quien le horneó el pastel y quien se encargó de recitarle un poema que todavía Will recuerda y le hace llorar cada vez que lo extraña.

Aquel poema lo tiene muy bien guardado dentro de sus preciadas posesiones, el último recuerdo que le había dejado su hermano mayor antes de morir al año siguiente. A veces leía y releía su poema, la personalidad y el cariño de Lee plasmados en papel. Un papel con muchos borrones que no era perfecta pero que sus mismas imperfecciones lo hacían más querido para Will.

En su cumpleaños número 13, el que se encargó de hacerle una pequeña celebración fue Michael Yew ahora siendo líder de cabaña. Claro que su fiesta fue mucho más caótica, el pastel estaba medio quemado, mal decorado y las velas casi habían quemado la cabaña porque se le ocurrió que era buena idea poner una que giraba y lanzaba chispas, pero había sido sumamente divertido. Otro de sus hermanos mayores Anthony Miller le había decorado la cabaña que fue lo mejor de ese año. Nada fue perfecto pero esos detalles era lo que más recordaba Will. El regalo fue su bolsa médica que ahora siempre portaba alrededor de su cintura; era lo último que Michael y Anthony pudieron conseguirle de regalo ya que al otro año murieron en la batalla de Manhattan. Anthony destrozado por un perro del infierno y Michael perdido en el derrumbe del puente Williamsburg.

Will Solace Birthday Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora