Conductor designado

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Como un buen hombre amante de los autos, necesitaba conducir en el nuevo, hermoso y elegante auto de Oscu, como su mejor amigo, eso era imposible, aunque su relación dorada de mese, años y horas, Oscu nunca le iba a prestar su codiciado auto.

Por eso iba, no, estaba completamente decidido a pasar un sábado por la madrugada sin beber ni una gota de alcohol. Realmente la estaba pasando fatal, actualmente contaba los segundos en base de los movimientos de cadera que tenia su alcohólico amigo, estaba desesperado con que Oscu dejara de bailar, esperaba impacientemente el momento donde Oscu tenia que quebrar encima de una chica, y lo llamara llorando pidiendole a gritos que lo llevara a casa en el reluciente auto nuevo.

—Pajero de mierda, cuando eramos chicos no aguantaba ni una speed.– tal vez no le molestaba que Oscu llevara dos Malibú de coco, siete tragos de vodka con jugo, y un serenito de chocolate. Lo que le molestaba, era que su desesperación para apretar el acelerador era aun mas grandes que sus sacadas ganas de tomar alcohol.

Seguía ensayando el discurso emotivo y el sermón que le diría a Oscu cuando quiebre, lo tenia bien pensado, tenia que ser simple para que oscu le entregara las llave de su auto, amoroso para que sienta que lo apoye, y preocupado para que se de cuenta que el señor Osculord no estaba solo.

Pero solo tenia que esperar, y eso no era mucho, cuando se da vuelta de la barra se encontró con su amigo vomitando en la espalda de Miguel gamer, casi automáticamente su felicidad creció, bajó a la pista de baile con toda la seguridad y serenidad.

—Vamos coski. Jaja este es tu límite.– quería frenar su sonrisa pícara, no quería que Miguel lo viera eso malinterpretando la situación.

—Cállate Amilcar, me quiero quedar con él.– aún así, Oscu siguió bailando pegadito a Miguel gamer —Paraparapará estás loquisimo Oscu andá a casa.– Miguel lo separó, tenía toda su camisa de flores manchada por vómito y lo último que quería hacer era seguir estando con Oscu, aunque este ya estaba llorando su rechazo en brazos de Amílcar.

—¿Ves? Te dije que no tomarás tanto y tomás, te dije que no bailaras porque tu chikito cuerpo iba a largar todo.– lo arrastraban por toda la fiesta, saludaba con la mirada a conocidos y lo único que quería hacer era desaparecer de la mansión de Farfa.

—¿Qué decís amigo? Vos me ofreciste todo el alcohol que había.– eso era verdad, Amílcar solo mentía, se aprovechaba del indefenso estado de su castaño.

—Bueno, pero igual tenés que cuidarte, mirá si te pasa algo, que inconciente por dios.– Caminaba gustoso hacía el auto de Oscu.

—Pero estás vos, así que no me preocupo.– lo miró, sentía el aura más gay del mundo, él no quería cojer en el auto, quería conducir el auto. Las insinuaciones de un borracho eran muy obvias.

—Y ¿sí no estuviera yo?– tal vez jugar un poco no estaba mal, abrió la puerta del lado de copiloto para que pasara Oscu.

— Definitivamente, te iría a buscar.– como si tuviera toda la fuerza del mundo, Oscu lo empujó hacia el auto, de sonrisa ladina y con los objetivos bien marcados, eso asustaba a Amilcar

—Banca Oscu yo soy un hombre de vir- no pudo terminar de hablar, los labios flamantes del castaño los estaban violando, el borracho más amoroso del mundo.

Y Amilcar el idiota más caliente, unas horas después, despertaron en el auto, Oscu ya estaba en todos sus sentidos para conducir, simplemente se puso la ropa, le sonrió al Amilcar semidesnudo durmiendo en los asientos de atrás y empezó el viaje hacía su casa.

Nunca, a nadie, ni siquiera a la persona que más ama, le iba a prestar su hermoso auto. Jamás.

—¿Qué pasa Amilcar? ¿Otra noche que me pasé de gede? — Amílcar solo lo miró, su mirada tan pérdida e inexpresiva, expresaba todos los sentimientos confusos que tenía en su interior.

—Si no fuera por mí, te ibas a garchar a Miguel gamer.– se vengó, sin sonreír solo con sus palabras, cambio Oscu lo miró por el espejo retrovisor —Al final garche con vos así que mucha diferencia no hay.–

—Creo que compararme con Miguel me hace sentir mejor.– se volvió a acostar, no quería ver como su amante estaba conduciendo el BM.

Bad Ending

(•••)
¡Vamoo bocaa!
Seguimos con las malignas aventuras de Oscu y Amilcar, aún siguen los pedidos abiertos.

Nos vemoss

Mil Y Tantos One-ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora