Muchas cosas pueden pasar en cinco años; Ben y compañía con 17 años ahora, deberán lidiar con la tripulación faltante de la nave que inicio todo, añadiendo un mundo mas oscuro y peligroso de lo que piensan, todo para salvar al mundo desde una amenaz...
Estos seres alienígenas que Ben y los chicos habían estado buscando se encontraban ahora mismo arrastrándo lo que parecían ser cuerpos secos de sus similares, además de un largo rastro en la tierra, dejando caos a su paso, pero siendo lo único que dejaba atrás algo similar a lo que sería el paso de los años sobre todo lo que tocaba. Las criaturas dejaban salir guturales quejidos y rugidos, mientras vigilaban que aquella cosa que causó esto y mato a sus semejantes no regresará, pues su destino estaría sellado.
Un crustáceo púrpura y enorme se encontraba dentro de uno de los salones en la base militar; este cangrejo abrió un contenedor, en el cual habían montones de crías de estos aliens, retorciéndose entre asquerosos chillidos
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—No teman, pequeñas sabandijas, pronto tendrán sus huéspedes y podrán seguir sus inútiles y precarias cadenas parasitarias...— decía este crustáceo, siendo interrumpido por una enorme criatura reptil que entró a su laboratorio, era el mismo enorme dinosaurio que había causado el accidente cerca de la autopista
—¿Cómo va con eso Dr?— preguntaba el enorme dinosaurio de brazos cruzados, mientras le temblaba la voz
—¿Eso que percibo en tu voz es miedo, Vaxasaurian?— decía con cierto gozó el crustáceo
—Tenemos nombres ¿Sabes "Cerebrocrustacean"?— se burlo el dinosaurio, mientras que miraba al crustáceo sonreír, o al menos lo más cercano a lo que sería una sonrisa en su estático rostro, pues este ni siquiera abría la boca —Soy un reptil, mi sangre no es fría, y este maldito lugar empiezá a ponerse frío, maldita sea...
—Es por las torres que diseñe, estos parásitos y sus amos deben mantener un nido el algún lugar frío, pronto está base empezará a cubrirse de nieve, créeme, esto no es nada y...— el crustáceo fue interrumpido por uno de los aliens, que entró con un rugido que solo podría interpretarse como uno de preocupación
—¿Que dice?— preguntaba el Vaxasaurian, un tanto confundido
—El estúpido Pironite nos ataca de nuevo, no ha parado desde que pusimos la torre cerca de sus criaderos de maíz, tienen suerte se habernos sacado de la navesucha esa o ya habrían perdido sin mi intelecto y tus músculos...
—Tu encárgate de la tecnología de transporte Psychobos y yo del niño Pironite...— el Vaxasaurian salió corriendo, dejando leves temblores tras su paso
—Estupidos moluscos... si mi raza fuera la que se encargará totalmente de está invasión, seguramente ya habríamos ganado hace años...
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