Navidad, día común. - 25 de diciembre de 1920

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—¿Giyuu-San? ¿Se encuentra ahí?— preguntó un cálido joven entrando calmadamente a la casa de Tomioka.

—Estoy por aquí– mencionó en voz un tanto alta para asegurarse de que el pelirrojo lo escuchara.

En esos momentos, Giyuu sentía su corazón palpitar muy fuertemente, pensaba que en cualquier momento se le iba a salir o iba a tener un maldito paro cardíaco.

–¿A qué se debe tu visita? ¿Necesitas algo?– preguntó suavemente el azabache.

–Sí, pero primero que eso, quisiera desearle una feliz navidad, y también le traje un regalo.– le dijo para luego pasarle una pequeña cajita.

El corazón del azabache latió más rápido, si es que eso era posible, digo, iba a recibir algo de la persona que más amaba en el mundo.

–Tanjiro, eres muy considerado, pero no tengo ningún regalo para ti–

–Eso no importa, Giyuu-San, lo importante es que sea feliz por su regalo.

Bien, en estos momentos, Giyuu pensaba que habían dos cosas que podrían matarlo: la amabilidad de Tanjiro y la marca que tenía por pelear contra Akaza. Si lo pensaba bien, prefería morir por la primera opción.

–Gracias, Tanjiro, ¿necesitas algo más?–

–En verdad, sí, necesito hablar con usted– dijo algo temeroso el joven de orbes rojas. –Quiero su ayuda–.

De solo escuchar eso, Giyuu cayó en un estado de preocupación y felicidad, ya que estaba contento de que el pelirrojo le pidiera ayuda pero nervioso al no saber de qué se trataba.

–Bien, dime qué necesitas–

–Necesito su ayuda para enamorar a Kanao–

"¿Qué mierda?" Fue el primer pensamiento de Tomioka, las palabras le cayeron como agua fría, repitiéndose una y otra vez en su mente.

–...mioka-San, ¡Tomioka-San!– gritó fuertemente Kamado para sacarlo abruptamente de sus pensamientos. –¿Se siente bien? Está muy pálido.

Era obvio que iba a estar pálido de muerte si de un momento a otro su razón de vivir le decía que estaba enamorado de alguien más.

–Sí, estoy bien, entonces, ¿quieres mi consejo para enamorar a Kanao?– eso definitivamente casi lo escupió entre enojo y felicidad disimulada.

–Sí, ¿hay algún problema?–

–Tanjiro, le estás pidiendo consejos a alguien que jamás ha tenido pareja–

–Lo sé pero pensé que tal v– sus palabras fueron cortadas por un simple abrazo que el azabache le había dado a la cereza parlante.

–Me encantaría ayudarte, pero no puedo, no sé nada sobre eso– le susurró suavemente al oído.

Giyuu se sentía tanto en el cielo como en el infierno; estaba abrazando a su amor platónico el cual, enterándose hace unos momentos, estaba enamorado de alguien más. Si lo pensamos bien, Tomioka tenía muy mala suerte: primero muere su hermana por protegerle, luego su mejor amigo por las mismas circunstancias, y ahora su amor le estaba diciendo que su corazón estaba con alguien más.

Separándose del pequeño abrazo, Tanjiro hizo una reverencia muy avergonzado y se fue de la casa del azabache.

En la noche

Día desastroso - 25 de diciembre de 1920:

Tanjiro, me diste la navidad más linda y penosa de toda mi existencia. Me encantaría ayudarte, pero eso me destruiría y solo arruinaría las cosas para ti, quiero que seas feliz y ver tu felicidad en tu cara, deseo que tengas hijos y que estos tengan más hijos. Sé que no tenemos muchos años de vida, así que no haré interferencia alguna en tus planes.

Giyuu Tomioka.

Después de escribir la carta, una lágrima silenciosa se deslizó por su mejilla.

Cartas a Tanjiro Kamado - GiyuuTanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora