El mayor sueño de Giyuu se estaba concretando con ese beso, nunca en su vida pensó que lo que tanto anhelaba se volviera realidad.
Al juntar sus labios también empezaron a juntar más sus cuerpos, al punto en que ya no había ningún vacío entre ellos. Tanjiro aprovechó este acercamiento de cuerpos para pasar sus manos al rededor del cuello de Giyuu, a lo que el joven azabache respondió con agarrar por la cintura al joven Kamado.
A medida en que los actos con los brazos avanzaban, también lo hacía el beso. Giyuu hacía maravillas con el labio inferior del menor; lo mordía, chupaba, lamía, succionaba, pero todo con el debido cariño y respeto que podía demostrar, mientras que Tanjiro se retorcía de placer bajo los brazos de Tomioka.
Las manos de Giyuu pasaron desde la cintura del menor a quitar el haori llevaba puesto desde que había llegado, para luego introducir lentamente su mano, ansioso de tocar la fina piel del contrario. Ante el tacto, Tanjiro se estremeció, ya que el efecto del alcohol más lo que estaban haciendo lo tenía vuelto loco. Las manos acariciaban casa centímetro de su espalda, formando leves círculos.
Luego, pasó desde la espalda al estómago para hacer las mismas acciones, para luego llegar hasta su rostro y acariciar sus mejillas suavemente, depositando un suave beso en ellas.
—Te amo, Tanjiro— dijo suavemente el azabache.
Los jadeos del joven aún seguían en el ambiente, por lo que no pudo responder al momento. Aún así, la respuesta quebró a Giyuu.
—Te amo, Kanao— mencionó suavemente intentando controlar su respiración.
Porque sí, borracho y haciendo lo que estuviera haciendo, Tanjiro Kamado seguía pensando en Kanao Tsuyuri porque la amaba.
Pero no amaba a Giyuu Tomioka y tal vez nunca lo iba a hacer.
Luego de esas palabras, el joven pelirrojo cayó al suelo dormido; el alcohol había terminado su efecto y por ende se había desmayado en el suelo, mientras que Giyuu aún sentía el peso de esas palabras. Como el joven se había quedado dormido, el azabache decidió ponerle el haori que hace momentos le había sacado para llevarlo a un lugar donde pudiera seguir durmiendo.
—¿Por qué?— se preguntó a sí mismo con la voz entre cortada. Miró a Tanjiro durmiendo cerca de él, viendo cómo su pecho subía y bajaba, sus siguientes palabras eran para él:
—Le diste tu amor, es solo un sentimiento...
Con su voz entrecortada y con sus lágrimas corriendo por las mejillas seguía en su desquite con la vida.
–Pero la prefieres a ella...me gustaría ser Kanao.
El día estaba empezando, los rayos de sol iluminando toda la tierra fértil y también iluminando la vida de las personas, menos una vida.
Giyuu casi no había dormido la noche anterior, por lo que su cara solo representaba cansancio, aún seguía dándole vueltas a lo que había sucedido. Estaba esperando a que el joven que estaba durmiendo en su casa estuviera despierto para que por fin se fuera, porque verlo solo era un recordatorio de todo.
Se escucharon unos golpes en su puerta, era muy temprano por la mañana así que no pensaba en quién podría estar ahí, solo pensaba en que tal vez alguien iba a dejarle una carta o alguna otra cosa.
Nunca pensó que fuera Kanao Tsuyuri la que estaba al otro lado de la puerta.
Su sorpresa fue obvia, más supo como ocultarla con una mirada seria. La oji lila debería estar en la finca mariposa durmiendo, entonces, ¿por qué estaba ahí?
–Vine a llevarme a Tanjiro–dijo seria la joven.
Bien, esa era una gran sorpresa, porque hasta donde sabía nadie estaba consciente del paradero del joven Kamado. En un movimiento rápido, salió de la casa, ya que la joven aún no había entrado, por lo que de este modo podrían conversar tranquilamente.
–¿Si recuerdas que ayer le rechazaste su propuesta de matrimonio cierto? ¿Qué quieres con él?– preguntó a la joven estando cruzado de brazos.
–¡Eso fue un malentendido! ¡Solo vengo a buscarlo porque anoche lo seguí!–dijo desesperada la peli negra.
"Anoche" "seguir" "buscarlo", esas eran palabras de problemas para el azabache tomando en cuenta lo que sucedió anoche.
—Y si lo seguiste, ¿entonces por qué no viniste y te lo llevaste?–preguntó un tanto enojado el azabache.
–¡Porque vi todo lo que hicieron!– gritó la oji lila.
...
¿Qué?
☆☆☆
¡Son dos capítulos, sigue leyendo!
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Cartas a Tanjiro Kamado - GiyuuTan
Historia CortaGiyuu Tomioka es un hombre de pocas palabras, por lo cual se el es difícil expresarse hablando. Ante este hecho, se le ocurre la idea de escribirle cartas a la persona que le gusta, pero sin enviarlas. Conforme se escriben las cartas, avanza la hist...