"Te lo confieso-15 de mayo de 1921:
Te quiero decir aquí, en este papel, que te amo. Te he amado desde que vi tu sonrisa, aún te sigo amando aunque ames a alguien más, T..."El azabache tuvo que dejar el lápiz en la pequeña mesa, ya que había escuchado un gran golpe en su puerta, pensando en que tal vez un animal había chocado sin querer al estar en la oscuridad de la hermosa noche.
Se dispuso a abrir la puerta, esperando encontrarse con un pájaro o un perro pequeño...pero el resultado fue diferente.
-¡Giyuu-chaaan!- se escuchó un pequeño alargamiento de palabras.
¿Qué mierda?
La persona que lo estaba llamando con esas palabras era nada más y nada menos que el joven de pelo rojizo que hace unos meses le había dicho que su corazón le correspondía alguien más.
Exacto, Tanjiro Kamado, la manzana parlante, el sol rojo, la amabilidad personificada, el rompecorazones 2.0.
-Giyuu-chaaaaan, ¿coomo estaasss?- dijo alargando nuevamente las palabras.
Esto parecía una broma de mal gusto, primero le rompe el corazón sin querer y ahora se presenta en su casa.
Borracho.
Tanjiro Kamado había bebido alcohol.
La cara de Giyuu era indescifrable en ese momento; podría estar tanto confundido ya que su amor estaba ahí borracho como también feliz porque lo veía luego de tanto tiempo.
Porque sí, se habían distanciado luego de lo sucedido en navidad, ya que tanto para Tomioka como para Tanjiro les era incómodo verse.
-¡Giyuu-chaaaan!-dijo el pelirrojo en un pequeño lloriqueo.
-¿Si, Tanjiro?-contestó el azabache con cara seria pero con un tono dulce.
-¡Kanao ya no me quiere, Giyuu-chaaan!-
Eso dolió un poco, iba hasta su casa para hablarle de los problemas amorosos que tenía con Kanao Tsuyuri.
Genial, ahora solo le faltaba que Tanjiro le dijera que quería que él fuera su padrino de bodas si llegaba a casarse con ella.
-¿Por qué dices eso, Tanjiro?-preguntó entre dientes el azabache, ya que su incomodidad había aumentado un pequeño por ciento.
-¡Porque dijo que no quería casarse conmigo!- chilló el cabeza de manzana, ya que producto del licor sus mejillas estaban más sonrojadas que nunca.
Bien, eso era un gran progreso por parte del pelirrojo, al menos se había atrevido a pedirle matrimonio.
-Estoy seguro de que es un error, tal vez te adelantaste mucho en pedírselo-
-¡Es verdad, ya no me quiere!-
-Es mentira-
-¡Verdad!-
-¡Mentira!-ahora era el azabache quien alzaba la voz.
-¡Giyuu-chan no me grites! ¡Voy a llorar!- dijo Tanjiro con la voz temblorosa y los ojos llorosos.
Lo último que quería Giyuu en esos momentos era que Tanjiro se pusiera a llorar y gritar al mismo tiempo. En un movimiento rápido, Tomioka rodeó al joven con sus brazos.
-Cálmate, no llores- le dijo suavemente en el oído.
Tanjiro se separó un poco del abrazo para mirar los ojos de Giyuu.
Eran unos ojos muy lindos en verdad, eran azules, le hubiera gustado decir que había brillo en sus ojos, pero se veían un tanto apagados.
Unos ojos azules que no merecían estar apagados.
-¿Tanjiro?- llamó en tono de pregunta al joven. Se había dado cuenta de que lo estaba mirando fijamente como si lo estuviera analizando, pero había preferido quedarse callado todo el tiempo.
No había respuesta por parte del ojirojizo.
-¿Tanjiro, estás bien?- preguntó nuevamente.
-Giyuu-
Giyuu.
Giyuu.
Giyuu.
Las palabras se le repetían una y otra vez en la mente. Lo había llamado sin honoríficos, sin vergüenza, sin seriedad.
Lo había llamado con amor.
Aún seguían en la misma posición en que se encontraban cuando Tanjiro estaba analizando los ojos de Giyuu.
Pero la distancia se fue acortando.
Acortando cada vez más y más hasta que sus respiraciones se juntaron.
De un momento a otro, se habían juntado.
Pero no de nuevo en un abrazo, no.
Se habían juntado en un beso, el cual Tanjiro había empezado.
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Cartas a Tanjiro Kamado - GiyuuTan
Short StoryGiyuu Tomioka es un hombre de pocas palabras, por lo cual se el es difícil expresarse hablando. Ante este hecho, se le ocurre la idea de escribirle cartas a la persona que le gusta, pero sin enviarlas. Conforme se escriben las cartas, avanza la hist...