[✎] Closer | BrightStarShipping

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Pareja: BrightStarShipping - White & Moon.

Canción: Closer - The Tiny.

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Yvonne se sentó en el suelo de esa taberna, inundada por el polvo de la ceniza y el paso del tiempo, se cruzó de piernas y observó a Whi-Two. La chica de cabello castaño encendía de vuelta las velas del lugar, que se habían apagado debido a los fuertes soplidos del viento que se colaban entre la destartalada madera.

     —¿Y bien?

     La rubia apoyó las manos en el suelo y se reclinó hacia atrás, con una pícara y confiada sonrisa torciendo sus labios. Whi-Two, titubeante, se sentó a su lado y jugó con su cabello, nerviosa.

     —¿Qué verdad tan horrible desentrañarás ahora, señorita cuentacuentos? Ya no hay gente que juzgue, ni corremos riesgo de que nos escuche el sultán. Me tienes intrigada.

     —No son verdades horribles, solo la verdad o al menos, un lado de la verdad que la gente quiere olvidar—inspiró con fuerza antes de continuar hablando—. Pero incluso las verdades más horribles pueden esconder bellas historias, solo que tus cuentos no te lo quieren dejar ver.

     —Por Alá, ya te lo dije, quiero conocer esa verdad.

     Con una sonrisa dulce, Whi-Two relajó los hombros.

     —Comencemos, pues, con un gran carruaje, vestidos elegantes y un baile del que hay que volver a medianoche...

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Tras alzarse con la victoria en la batalla, la guerra se dio por sentenciada y la corona llenó las arcas de monedas de oro y caudales de joyas del enemigo. Desde que los soldados volvieron a casa con sus familias, heridos, cansados y agotados, mientras los pueblos derruidos trataban de levantarse de los cimientos de la agridulce victoria, la alegría del reino se había ido apagando. Así que la corona decidió que debían celebrar un baile anual. Daba igual en que punto de reino te encontraras, los burgueses que más habían engrosado las arcas reales y los antiguos nobles que tan mal les miraban, estaban totalmente invitados a esa danza. El baile duraba el día entero, con mesas llenas de comida y música angelical que llegaba hasta los pueblos colindantes, y siempre, tras acabar la fiesta, el banquete se trasladaba hasta la calle de los pueblos donde la música aligeraba algo la tristeza de la guerra. Las grandes carrozas llenas de comida irían hacia los poblados más alejados en un intento de quitar los rostros engrisecidas por el luto y la pena de las malas cosechas.

     Era imposible no escuchar del baile, importante para los de alto estamento y anhelado por las clases más bajas, todos buscando sacar un provecho que podría significar un gran cambio en sus vidas. Pero, sobre todo, siempre los ojos curiosos trataban de observar quién bailaría con el apuesto Príncipe Black.

     Un año pasaría desde el primer baile, y entonces, con todavía las mellas de la guerra, la realeza decidió repetir, lo que causó revuelo en las calles e ilusión en todos los ciudadanos. Entre todo ese jolgorio de un país que se lamía sus propias heridas, White no tenía tiempo para preocuparse de bailes, comidas o vestidos pomposos. Cuando llegó la misiva de que su familia, en honor a su fallecido padre caído en la guerra liderando al batallón, había sido invitada a ese baile y a todos los venideros, White supo que se venía una gran jornada de estrés. Ella no podía asistir, ¡cómo iría al baile alguien que de ojos al público era una simple criada! Su señor padre, que en paz descanse, cometió el pecado del adulterio dejándole a la familia una hija bastarda y decidió crear la enrevesada historia de una misteriosa primogénita cuya concepción había sido un secreto para todos—inclusive para la propia ''madre'' pero todos sabían que eso era mejor no mencionarlo—. ¿Cómo admitirían ante los nobles quién era ella? ¿Cómo le pondría la carga a su madre de pagar con la vergüenza de la deshonra, cuando quién debía cargarla pereció en la guerra?

Veinte melodías | PokéSpeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora