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Pareja: OriginalShipping - Green & Red.
Canción: Boring - The Brobecks.
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Tras los seis años fuera de la región, Red se sentía extraño al volver. Pensó en visitar a Green, pero supuso que este le odiaba, pensó en Yellow pero recordó que fue un novio horrible, así que Red tan solo fue capaz de quedarse en su casa dudando, mirando por el ventanal de su habitación cuanto había cambiado su entorno. Sin lugar a dudas su hogar seguía siendo el mismo, el polvo se había acumulado en los estantes de su habitación, los marcos de las fotos y las ventanas se hallaban hinchados por la humedad de una casa descuidada, pero seguía siendo la misma casa ante la pradera de Pueblo Paleta. Los árboles, los pokémon, los vecinos charlando en la calle durante las calurosas tardes de verano mientras el cuchicheo del río sonaba de fondo. Era Red el que no era el mismo, aunque eso él ya lo sabía llevaba muchísimo tiempo sin ser Red.
Se sentó en la cama, agotado, con la maleta a medio deshacer y su madre diciéndole de fondo que quedaba muy poco para que pudiera iniciar su aventura pokémon. «¿Tienes claro que pokémon vas a escoger, cariño?» le preguntaba ella, y Red no era capaz de contestarle, tan solo posaba con cariño la mano en su mejilla y miraba a esos ojos casi ciegos para luego abrazarla con muchísima fuerza. Si había vuelto a Kanto era solo por ella y aun así sentía que, en el fondo, en realidad había sido porque todavía era un chiquillo asustado que buscaba resguardo y protección del mundo en ese regazo materno. «Ridículo» pensó, soltando el abrazo. Ya tenía veintinueve, camino de los treinta, portaba el título del más fuerte, ¡el luchador más fiero! ¡El gran excampeón de Kanto! Y, a pesar de todo eso, no había podido parar de llorar desde que puso un pie en Kanto.
Trató de mantenerse ocupado acomodando su indomable cabello mientras estaba recostado en la cama. Si era sincero estaba feliz de que su madre le estuviera olvidando, si le olvidaba no le odiaría. Como Green, como Yellow, como todos a los que aburrió con sus combates sin fin y sinsentido, amigos a los cuales lastimó. Red estaba seguro de que su madre había enfermado por su culpa, por los disgustos que le dio un hijo que nunca correspondió como debía a su cariño. Si no estuviera tan cegado por la nostalgia y culpa más abrumadora, él sabría que era mentira. La verdad era que le había querido como el que más, cuando estuvo en la cima le dio absolutamente todo y cuando cayó de esta compartió incluso lo poco que le quedaba; los combates. Hizo todo lo posible porque esa mujer pudiera ser más feliz que él pero ambos lo habían olvidado, el uno porque lo acabó perdiendo todo, la otra por la demencia.
Estuvo así durante un largo rato, tratando de no pensar más cosas negativas y cuando fue capaz de relejarse se quedó solo junto al aburrimiento. Daba igual Kanto, Kalos o Alola, los días eran los mismos. Cuando fue a soltar un sonoro suspiro autocompasivo notó el suave peso de Vee saltando sobre su tripa mientras Poli le empujaba para que se pusiera en pie. Soltó un quejumbrosos gemido pero no pudo negarse a lo que le pedían, a pesar de que no comprendía por qué. Por primera vez en muchos años veía a su equipo pletórico y lleno de motivación así que, a pesar de que se moría de envidia—puesto que deseaba que Kanto hubiera tenido el mismo efecto en él—no pudo ser egoísta y arrebatarles eso. Sin más quejas o suspiros, obedeciendo, quedó ante su espejo, mirando esos ojos rojos llenos de cansancio y se vio a sí mismo, rodeado por su equipo, en esa habitación de hace tantos años. Era una imagen repetida que le hizo tomar una bocanada de aire:
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Veinte melodías | PokéSpe
FanficCinco melodías de corazones rotos que se quebraron en un repertorio de veinte canciones. ☂; Recopilación de One-Shots de PokéSpe. ☂; Advertencia: Posible mención en algunos relatos de temas explícitos como suicidio, violencia, homicidios...