Capítulo 5

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Después de hacernos una visita por todo el lugar, el hombre quiso sacarnos sangre por si alguno de nosotros estábamos infectados. Todos le aseguramos que no lo estábamos, pero quiso hacerlo de todos modos para asegurarse. Una vez que nos sacó sangre a todos, fuimos a una pequeña sala donde había una gran mesa y cenamos todos allí. Papá y Carl estaban sentados a mi lado y llevaban un buen rato hablando aunque no les estaba escuchando ya que estaba demasiado centrada en recordar todo lo que había pasado hasta ahora. Había sido duro y esperaba que aquí pudiéramos estar a salvo al fin. Salí de mis pensamientos en cuanto escuché que hablaban de Carl y el vino.

—En Italia y Francia a los niños les dan un poco de vino —explicó Dale.

—Bueno, pues cuando Carl vaya a Italia o Francia podrá beber vino —dijo mamá.

—Vamos, mamá, déjale —le dije divertida—. Quiero ver la cara que pone.

—Un poco de vino no le hará daño, vamos —insistió papá también.

Mamá negó la cabeza dándose por vencida y Dale puso un poco de vino en la copa de Carl. Este la cogió y bebió un sorbo, pero en seguida que lo probó hizo una mueca de asco y dejó rápidamente su copa en la mesa. Todos reímos a causa de su reacción.

—Muy bien —felicitó mamá a Carl a causa de su reacción—. Ese es mi chico.

Seguimos riendo hasta que papá se levantó de su asiento y cogió su copa para hacer un brindis.

—Creo que no le agradecimos lo suficiente a nuestro anfitrión —dijo mirando al hombre que nos había dejado entrar en el lugar.

—Es más que un anfitrión —dijo T-Dog.

—Si —dijimos todos.

—Salud, Doc —le dijo Daryl al hombre animado mientras sujetaba una botella en su mano.

—¡Salud! —exclamamos todos y seguidamente bebimos de nuestras copas.

—¿Cuándo nos contarás qué sucedió aquí, Doc? —le preguntó Shane.

—Estamos de celebración, Shane —le regañó papá—. No tenemos que hablarlo ahora.

—Pero por eso estamos aquí, para encontrar respuestas —insistió Shane.

—Cuando las cosas se pusieron feas muchos se fueron para estar con sus familias y cuando los militares cayeron el resto se fue —explicó Doc.

—¿Todos? —le preguntó Shane no muy convencido.

—No, muchos no se atrevieron a salir, se rindieron. Hubo una oleada de suicidios. Fue horrible.

—Tu no te fuiste —le dijo Andrea—. ¿Porque?

—Seguí trabajando, esperando a que pasase algo bueno —respondió Doc y todos nos quedamos en un silencio algo incómodo.

—Si que eres un aguafiestas, Shane —le dijo Glenn.


[...]

Una vez que terminamos de cenar, Doc nos condujo por uno de los pasillos para mostrarnos donde dormiríamos.

—Las habitaciones están aquí y por allí hay una sala de juegos —nos indicó Doc—. Pero por favor, no enchufeis nada eléctrico. Si queréis ducharos las duchas están por allí. Tienen agua caliente.

Love Me Like You Do | Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora