Emil ya lo suponía. Intentaba armar un rompecabezas imposible, pues faltaban muchas piezas. Tal vez las encontraría en aquella carta. Aquella que ahora quemaba en sus manos, pidiendo a gritos ser leída. Tenía miedo de lo que podría encontrarse en esas líneas, pero también se moría de ganas por escuchar a su madre una vez más. Todavía no olvidaba su voz, y estaba seguro de que cuando leyera sus palabras escritas en papel, su eco resonaría con fuerza. No sabía si estaba listo, lo que sí sabía era que tenía que escucharla.
Emil, pág 120.
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Frases de "La ladrona de la luna"- Claudia Ramírez Lomelí
FantasyFrases y diálogos de "La ladrona de la luna" ⚠CONTIENE SPOILERS⚠