CAPITULO 1 "OBJETOS PERDIDOS"

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CAPITULO 1

Camino apresuradamente por mi departamento para llegar a la puerta, otra vez tarde, la tercera vez esta semana. Abro la puerta enlistando mentalmente las cosas que no debo olvidar y regreso maldiciendo a mi habitación al darme cuenta que no llevo mi bolso conmigo.

Reviso rápidamente el contenido asegurándome de que todo esté ahí mientras camino de nuevo hacia la puerta. Tengo un examen importante en la primera clase y voy retrasada por veinte minutos. ¿Algo puede salir peor hoy?

Me detengo en la parada del autobús y muevo el pie con desesperación mientras miro la hora en mi reloj. Por fin el autobús de detiene en la parada y soy la primera en subir. ¿No les pasa que cuando más desean que el conductor vaya rápido, más lento conduce?

 Vuelvo a revisar mi reloj en un semáforo en rojo. Saco mis cosas del bolso y las pongo en el asiento a mi lado que está desocupado afortunadamente. Al fondo de mi bolso por fin encuentro mi teléfono y le envío un mensaje rápido a Karla. Ella me contesta al instante diciéndome que debo apresurarme y aumenta mi nerviosismo.

Cuando por fin llego a la parada donde debo bajar, meto a mi bolso las cosas que siguen esparcidas en el asiento. Mis manos son un poco torpes mientras trato de meter mi maquillaje al tiempo que miro por la ventana.

Después de cinco minutos, estoy corriendo como si mi vida dependiera de ello hacia el tercer piso de uno de los edificios del campus. Cuando por fin llego al aula donde tengo el examen, la puerta está cerrada y mi corazón se detiene. No puedo perder el examen ¡no puedo hacerlo!

Toco la puerta un par de veces con los nudillos y una voz grave me dice que pase. Cuando abro todas las miradas de mis compañeros están sobre mí, genial. El profesor me mira mal, él odia la impuntualidad y yo soy la impuntualidad andando.

-Lo siento, no volverá a pasar. ¿Puedo entrar? –Digo con voz suplicante.

-Pase, pero esta será la última vez señorita.

Camino un poco más tranquila hacia el asiento libre que está junto a Karla y pongo mi bolso en la silla. Ella sonríe al verme y niega con la cabeza divertida de la situación. En cuanto me siento, suelto el aire que ni siquiera sabía que estaba conteniendo.

-¿El despertador no sonó otra vez?

-No sonó. –Respondo y ella ríe.

Una hora después, salgo del salón al lado de Karla, ella camina hacia su próxima clase, la cual no compartimos, el día mejora a partir de ahí.

Cuando las clases terminan, me encuentro con Karla en la cafetería. Ella está sentada como siempre en nuestra mesa al lado de Mario.

-¡Hey! Así que tarde otra vez eh. –Me saluda Mario mientras me siento en la silla libre frente a él.

-El despertador. Debo comprar uno nuevo. –Ruedo los ojos.

-Es lo que te hemos dicho desde hace dos semanas, has llegado tarde muchas veces. –Esta vez es Karla la que me regaña.

-Lo haré mañana. Hoy casi pierdo el examen y ha sido un largo día, estoy un poco cansada.

-¿Listas para irnos? –Mario se levanta y toma su mochila.

-Claro, ¿Qué haremos hoy?

-Lo siento chicas, yo tengo que ir a comprar comida, mi refrigerador está vacío. –Comenta Mario.

-Entonces vayamos a comprar comida y luego podremos salir libremente a divertirnos. ¿Qué les parece esa nueva película de terror? Podemos verla hoy.

M. EL CHICO MISTERIOSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora