Capítulo 5

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No sabe en qué momento ha pasado ya casi un mes desde que está ahí dentro. De verdad que no lo sabe, pero en unos días hará ni más ni menos que un mes desde que entró en el internado.

Han pasado tantas cosas, y le es tan difícil de asimilar que esa va a ser su vida durante al menos dos años.

Pero, a decir verdad, y después de haber vivido en múltiples sitios y de todas las formas posibles, no le disgusta estar internado ahí.

Al menos tiene un poco más de libertad.

Suena incoherente, pues apenas pueden salir de ahí, pero, que le hablen a él de libertad cuando ha vivido siempre con personas que no conocía de nada, haciendo todo lo que le mandaban cuando no eran nadie para él.

Su tutor legal pasa bastante de ellos, cada semana se pone en contacto con el internado para asegurarse que no ha pasado nada y así todas las semanas.

No le conoce de nada, pero tampoco le importa, tiene que centrarse en sacar buenas notas para mantener su beca y poder seguir estudiando y viviendo ahí, él y su hermana.

Al menos hasta que cumpla los 18, acabe bachillerato y pueda adquirir la tutela de su hermana.

Ha hecho un repaso de su estancia en ese mes y la verdad es que está orgulloso.

Se puede decir que ha hecho algún amigo, Raoul, Aitana y Pau, sus compañeros de habitación y con los que pasa más tiempo, y alguna chica de la rama social, Miriam y Ana.

Su hermana está adaptándose bastante bien, o eso cree. El chico ese que le molestó al principio, Fer, ha resultado ser un niño muy majo.

Contra todo pronóstico, se hicieron amigos durante el castigo que duró varios días.

Tampoco le sorprende mucho, Iris tiene una capacidad asombrante de hacer amigos y caer bien a la gente, tiene algo que embruja y atrapa.

De momento las notas le van bien, tiene que tener una media de 8,5 como mínimo, y hasta ahora su media es de 8,75, así que no se puede quejar, aunque tampoco puede relajarse.

No ha tenido ningún problema con profesores o se ha metido en líos, lo cual siempre suma.

Por todo eso, puede decir está satisfecho con su primer mes, lo único que se le escapa de las manos y le ronda la cabeza alguna que otra noche, es Nil.

Desde que se liaron en los vestuarios no han vuelto a hablar más allá de lo formal y para algún que otro ejercicio de educación física.

Tienen esa asignatura dos veces a la semana y una de las dos clases, Nil esta como chico en prácticas, es decir, mira, ayuda y aprende.

Más de una vez ha sentido la tentación de ir a hablar con él, pero, no sabe si el miedo, la cobardía o si podría evitar volver a lanzarse porque lleva pillado de él desde ese dichoso día, se lo impide.

Pero ya se ha cansado, es la única cosa que le hace pensar más de la cuenta y le quita el sueño, por eso ha decidido que tiene que va a acabar.

Hoy va a hablar con él.

Por eso, se está automotivando internamente mientras va a los vestuarios a cambiarse para hacer la clase y enfrentarse a él de una vez por todas.

-Buenos días chicos.

-Y chicas... - Miriam susurra por lo bajini mirando a Ago.

-Ella feminista. – Le responde con una pequeña sonrisa.

-Hoy nos dividiremos en dos grupos de 15 y jugaremos un partido de beisbol. – El profesor, Santi, explica las normas del juego. – Así que se valorara que apliquéis los contenidos teóricos y respetéis las normas. – Se gira hacia Nil. – Como ya sabéis hoy tenemos a Nil, será él quien esté pendiente de que juguéis bien y sigáis las normas. Yo estaré dirigiendo el partido. ¿Alguna pregunta?

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