Capítulo 7

272 34 21
                                    



-Madre mía venimos una hora más tarde y este ya se ha bebido todo lo bebible. – Miriam ríe por su propio comentario.

-Y lo que me queda, leona. – Le guiña un ojo.

-Venga, propongo jugar al prueba o verdad, típico, pero eficaz.

-Me gusta, puede ser muy interesante. – Alarga la u del "muy". – Empieza el más grande.

Es Raoul quien propone que empiece el más grande, y la explicación no es otra que sabe perfectamente quien es el más grande y tiene una cuenta pendiente con él.

-Ala, pero ¿por qué? – Hace un puchero.

-Porque quiero yo. -Le mira con picardía. – ¿Prueba o verdad?

Lo analiza unos segundos. Si escoge verdad a lo mejor le preguntan cosas que no quiere tener que contestar, pero si escoge prueba, se pueden pasar y puede acabar muy mal para él.

-Verdad...

- ¡Yo tengo una pregunta! – Exclama Miriam.

- ¡EH! No tan rápido. – Se gira para mirarla. – Este turno es mío. - Vuelve a mirar al canario. - ¿Alguna vez te han pillado follando? Si la respuesta es afirmativa. -Deja de mirarle por un segundo, bebe de su copa y vuelve a anclarse en sus ojos. – Que lo es, explica la historia muy detalladamente.

-Serás cabrón. -Mira al rubio y solo encuentra una mirada desafiante y un rostro rojo, posiblemente del alcohol. – Bueno. – Da un largo trago a su copa y se atreve a enfrentar la mirada de Raoul. – Si, me han pillado follando.

-Oh, que sorpresa. Detalles.

- ¿Por qué tanto interés rubio?

Parece como si estuviesen solos. No se oye nada más que sus voces y sus respiraciones.

El juego se ha vuelto de dos, se retan con la mirada, y no miran a nadie más porque se olvidan de que hay más personas.

-Me has dejado intrigado.

-Pues vamos a quitarte esa intriga. – Se fija bien en los ojos miel, para asegurarse de que el rubio sepa que se lo está contando única y exclusivamente a él. – Hace un año y medio, mi primera vez. Conocí a un chico por ahí y me lo llevé a mi casa de entonces. – Busca alguna respuesta en el rostro contrario, pero no encuentra nada. – Pues estábamos en el sofá de esa casa, muy cachondos y pues acabamos follando. Estábamos en pleno acto cuando de pronto aparecieron los que, en ese momento, eran mis padres – Lo dice despectivamente y entre comillas. –Pues nada nos separamos, se fue muerto de verguenza y no lo volví a ver nunca más. Fin de mi historia.

-Wow.

Es Alfred el que suelta el primer comentario, pero ninguno de los dos se da cuenta de eso, solo están pendientes de ellos.

Raoul rompe el contacto visual por primera vez en todo ese rato para beber de su cubata y a los pocos segundos vuelve a mirarlo.

-Espero que al menos te corrieras.

Es lo primero que se le pasa por la cabeza en esos momentos. Ni siquiera puede pensar en contestar algo coherente.

El canario le mira intentando buscar alguna otra reacción en su rostro, pero solo encuentra la diversión con la que ha dicho eso ultimo y un nivel de alcoholismo bastante elevado.

-Madre mía que tensión ha habido aquí.

Ana suelta el comentario bajo, pero no lo suficiente como para que no lo oiga nadie, sin embargo, los dos protagonistas no se enteran.

- ¡Me toca! – Pau habla para desviar la atención. – Agoney pregúntame tu y así hacemos una cadena.

- ¿Prueba o verdad?

INTERNADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora