Capítulo 6

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Es miércoles, acaban de hacer el examen de filosofía, que, sorprendentemente, les ha ido mejor de lo que esperaban.

Se pueden permitir el lujo de relajarse hasta el sábado, pues esa semana ya no tienen más exámenes y el viernes tienen la mini.

Es por eso que, Raoul, se encuentra en su cama, aun en la litera de arriba, escuchando música y pensando.

Por los altavoces del ordenador suena una lista de baladas, su preferida, que contiene cantantes como Beyonce, Alicia Keys, Adele, Sam Smith o Harry Styles entre muchos otros artistas.

"Sweet creature" empieza a sonar e, inevitablemente, a Raoul solo le viene una cosa a la mente.

Y si, esa cosa tiene nombre y apellidos.

Y si, es canario, es amable, es guapísimo, es puro, es divertido, tiene unos ojazos, y desprende amor y buen rollo por ahí por donde pasa.

Y si, es lo más parecido a la definición gráfica que tiene en su cabeza de una dulce criatura. Y eso le asusta, le asusta sentir lo que siente, le asusta que una maldita canción de Harry Styles le lleve a él.

Cuando Aitana entra se lo encuentra así, estirado en su cama, con la mirada perdida en el techo, y con la canción a punto de finalizar

"sweet creature, wherever I go, you bring me home"

-Raoul, ¿Estas bien? – La chica entra y se pone de pie al lado de la litera.

Rápidamente, el chico se recompone de su lio emocional y pretende que todo está bien.

-Eh. – Carraspea la voz. -Si, claro, ¿Tú qué tal?

-Raoul hijo, que te conozco desde que eras un feto no intentes disimular conmigo. – El chico se relaja y se vuelve a estirar. – Esa playlist la pones muy pocas veces. – Le mira fijamente. – Y me jugaría la mano a que ahora es porque... ¿Hay alguien que ronda tu cabecita? – Le da un suave golpe en la cabeza.

-Aiti, es que no sé qué me pasa. – Da una vuelta a la cama. – ¿Puede ser que me esté pillando?

-Claro, Raoul tienes 16 años, es lo normal.

-No, no me entiendes. – Suspira profundamente. – ¿Puede ser que me esté pillando de... de un chico? – Eso ultimo lo dice más flojo, como con miedo.

-Raoul, amor. -Le acaricia la mejilla. – Ven, baja, vamos a mi cama. - El rubio baja de la litera y los dos se sientan en la cama de la chica. – Vale, cuéntame.

-Desde hace unas semanas tengo a una persona metida en la cabeza, me quedo embobado cada vez que hace algo, siento unas ganas terribles de abrazarle cada vez que está mal, no paro de pensar que estará haciendo cuando no estoy, es que no me lo quito de la cabeza. – Coge el cojín y se lo pone en medio de sus piernas. – Y me da miedo, porque nunca había sentido esto y menos por ¿un chico? – Se lleva la almohada a la cara. – Dios debo estar sonando patético.

-Mi niño que se está enamorando. – Le abraza durante unos segundos. – Es totalmente normal lo que sientes Raoul. ¿Sabes si esa persona siente lo mismo?

-Es que. – Suelta un sonidito y se vuelve a tapar la cara con la almohada. – Es... - Se destapa media cara. -Ago..¿ney?.

Lo dice tan rápido, tan flojo y tan dubitativo que Aitana, por un segundo, duda si ha dicho ese nombre.

Raoul se esconde tras el cojín, con miedo a enfrentar la mirada de su amiga, aunque sea eso, su amiga, acaba de soltar una bomba muy grande.

Aitana intenta suavemente quitarle eso de la cara, pero el rubio lo sujeta fuerte.

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