Semana Radiodust 2020 - Edición Hispanohablantes.

Día 2: Espectáculo

El último show de Angel

"No sé por qué me dejé arrastrar a esto."

"Ja! Ya era hora de que te tocara sufrir un poco, maldito hijo de perra"-Husk le gritó a Alastor mientras recibía su trago de parte de un demonio Mantis. Estaban en la barra de un club en la zona de los caníbales.

Husk dio un sorbo y lo escupió de inmediato, arrojando el contenido del vaso hacia la cara del cantinero- "Oye maldito imbécil, esta mierda está aguada". El demonio Mantis estaba dispuesto a atacar de vuelta, hasta que vio al demonio de la Radio observarlo fijamente con su tétrica sonrisa. Se deshizo en disculpas mientras le entregaba 4 botellas del más caro y exclusivo whisky por cuenta de la casa.

Mientras tanto, en los camerinos, Angel Dust estaba dando los últimos retoques a su maquillaje, faltaban dos minutos para salir al escenario. Estaba eufórico ya que éste sería el último trabajo que haría el actor porno para Valentino y todo gracias a Alastor, quien caballerosamente le ofreció un trato por su alma, anulando el contrato vigente con el proxeneta.

Le habían dicho a Charlie que dicho contrato fue pactado para asegurar la redención de Angel y que estaría vigente hasta el día en que fuese al paraíso. Pero la realidad es que el acuerdo que ahora los vinculaba, estaba orientado a impedir cualquier avance inapropiado de Angel Dust hacia el demonio Radio, además de la prohibición del Overlord de acercarse a Fat Nuggets con la intención de devorarlo. Por supuesto había más de un motivo oculto de parte de Alastor para ofrecer ese trato, ya que para él significaba la perfecta ocasión para fastidiar indirectamente a Vox, al meterse con el demonio que su socio Valentino consideraba de su exclusiva propiedad.

Angel estaba profundamente agradecido por aquel gesto de parte del venado, producto del deleite que implicaba ver a Valentino tan descompuesto, furioso e impotente ante la situación. Además que por fin podría decidir sobre su futuro, se sentía libre y este nuevo contrato marcaba el fin de una época cargada de abusos, humillaciones y vejaciones de parte de su ahora ex proxeneta.

Por este motivo, le dedicaría a su nuevo dueño este último espectáculo antes de retirarse de los escenarios por un tiempo. Por más que lo intentó, Alastor no pudo negarse ya que el albino fue hábil en involucrar a Charlie y Vagatha, quienes al enterarse de que ese espectáculo se llevaría a cabo en un lugar peligroso, insistieron en que Alastor fuera con él y lo escoltara de regreso al hotel, dado que conocía y era ampliamente respetado en la zona de los caníbales. Alastor trajo a Husk como acompañante, pues no se sentía a gusto en ese tipo de establecimientos. Al gato alado no le importaba lo que pasara a su alrededor mientras tuviera una botella de alcohol en sus manos.

Las luces bajaron y todas las miradas se dirigieron al área del escenario, un telón de terciopelo negro empezó a subir revelando una amplia tarima circular de color negro unida a una pasarela iluminada por focos dorados donde en la parte central había un demonio maniatado en una silla. Del techo colgaban otros tres demonios atados por cintas de colores, quienes se retorcían mientras sus gritos de auxilio eran ahogados por el sonido de la música que empezaba a oírse a través de los parlantes. En el centro, una luz iluminaba una especie de esfera de tela de color rosado con brillos de la cual se desprendían dos retazos largos, como cintas paralelas que llegaban al piso. Al costado derecho del escenario había un misterioso cofre.

Repentinamente, la cabeza de Angel emergió de aquella esfera mostrando una gran sonrisa e iluminando sus ojos de un fuerte color fucsia mientras movía sus labios, sincronizándolos con la letra de la canción. Los silbidos no se hicieron esperar y el arácnido giró en aquellas telas desarmando aquella figura y balanceándose con movimientos sensuales mientras enredaba sus largas piernas en la tela.