Día 4: Traición

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Sellaste Nuestro Final con un Beso.

Las peleas se habían vuelto habituales entre ambos, el motivo siempre era el mismo. Ya llevaban siete años juntos y Alastor aún tenía reservas sobre formalizar su relación y anunciarlo públicamente a todos los círculos infernales.

Todo por su maldita reputación.

Angel había sido muy comprensivo con él durante los primeros dos años, entendía que era inevitable que fuese ridiculizado por el noticiero y gran parte de los demás Overlords si su relación salía a la luz. Concordaba en que era injusto que el ciervo cargara con los errores de su pasado, realmente le lastimaba la idea de que cualquier basura se sintiera con el derecho de acercarse a su novio a restregarle en la cara los detalles de su oficio. A pesar de haberse retirado de las películas y del mundo del entretenimiento para adultos hace una década, aún se le acercaban demonios con ofertas indecentes o sólo a comentarle detalladamente cómo, dónde y cuántas veces se habían masturbado pensando en él.

Realmente lo entendía y estuvo de acuerdo de respetar sus límites y condiciones.

Bueno, al menos hasta que llegó ella.

Mimzy, la dueña del club de Jazz, una rubia bajita y curvilínea que se notaba a kilómetros que estaba loca por Alastor. Siempre buscando estar cerca de él, tocándolo discretamente, con sus risitas coquetas y batiendo sus pestañas sintéticas como bailarina española percutiendo un par de castañuelas.

Realmente lo sacaba de quicio, principalmente porque Alastor no se daba cuenta de esas señales, siempre le respondía que eran ideas suyas y advirtiéndole que por el bien de su relación, se contuviera de hacer esos desplantes y escándalos en público.

Y aquí estaban, encerrados en un salón del noveno piso, en una de las discusiones más fuertes que habían sostenido; ¿la razón? el noticiero anunció con bombos y platillos que el soltero más codiciado del todo el infierno, El demonio Radio, fue visto junto a una mujer entrar del brazo a una joyería. Los programas de farándula estaban agolpados frente al Hotel para sacar cualquier declaración e información referente a la identidad de esa misteriosa mujer y la fecha de la inminente boda.

Las chicas estaban bastante ocupadas con la atención de los medios y Charlie no desperdiciaba esta oportunidad para promocionar el hotel y difundir sus ideas de redención. Mientras tanto, la discusión de la pareja seguía subiendo de tono. Niffty y Husk estaban inquietos, ambos eran los únicos que sabían de la relación de ese par y a medida de que seguía subiendo el volumen de los gritos de Angel y la interferencia que emitía Alastor se volvía cada vez más distorsionada, la posibilidad de que desatara el desastre era una cuestión de segundos.

Y así ocurrió, Angel salió corriendo del salón dando un fuerte portazo y con lágrimas en los ojos. Lloraba de impotencia, el ciervo era muy terco para aceptar que las cosas se habían escapado de su control, pero lo que más le molestaba era que Alastor le había dicho que estaba dispuesto a dejar que la gente hablara lo que quisiera del tema de su supuesta boda porque era una tontería que se olvidaría con el tiempo.

Se dirigió a su habitación y se tiró a su cama a golpear su almohada con sus cuatro brazos. Fat Nuggets se apresuró a acercarse a su dueño, captando su atención con un suave gruñido. Angel se sentó en el borde de la cama y levantó al cerdito con sus brazos superiores, mientras que empuñaba y sujetaba con fuerza sus sábanas.

"¿Puedes creerlo Nuggets? ¡Está dispuesto a dejar de lado su inmaculada reputación por esa maldita zorra!...mientras que yo"- No pudo seguir hablando ya que empezó a ahogarse con sus sollozos. Le dolía, sentía que no importaba lo que hiciera, siempre sería sólo una puta...aquella que usas por diversión y un secreto que escondes por vergüenza hasta hallar la persona perfecta para tener una familia y alardear de ella como un maravilloso trofeo.

Semana Radiodust 2020 - Edición Hispanohablantes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora