RADIODUST WEEK

SHOWTIME

Angel se sintió aún más pequeño de lo que se sentía en presencia de Valentino, y eso ya era decir mucho. Le era fascinante como Charlie podía ser tan dulce y tan humilde habiendo crecido en un ambiente como ese –aunque el de él no hubiera sido mejor –. Apple Daddy había hecho su fiesta anual antes del exterminio, pero obviamente en esas ocasiones solo iban los demonios más importantes en la jerarquía, Overlords, demonios que habían vivido y nacido desde siempre en el infierno, que habían aparecido culpa de las pasiones humanas.

Y ahora él estaba ahí, recibiendo miradas de asco o de burla; sabía que Charlie se sentía culpable por haber faltado a su show, pero no quería una retribución en la que se sintiera peor, aunque no podía culpara pues la chica solía ser muy inocente.

Por primera vez su vestido no sirvió de armadura para fingir una actitud confiada, aquel vestido que dejaba a la vista su espalda hasta su cadera y con un escote que apenas cubría su abultada pelusa; su pierna sobresalía del corte que tenía el vestido cada que daba un paso al caminar. Definitivamente lo hacía ver hermoso ¿por qué no se sentía así?

-¡Angel! –Ahí estaba el único que podía llamar "buen hombre" en ese lugar de mierda –Te ves sumamente hermoso, supongo que ese vestido Rosie lo confeccionó. Tiene buen gusto –dijo dándole una vuelta haciendo a Angel reír.

-Quisiera, no tengo el dinero para conseguir algo de Rosie –dijo a Stolas –Alastor nos confeccionó trajes para la fiesta a todos en el Hotel –

-Alastor... Alastor... Me suena ese nombre –

-El Demonio Radio, ya sabes... -

-¡Claro! –Retribuyó el demonio –su llegada aquí fue un escándalo, le encanta llamar la atención –dijo riendo contagiando un poco a Angel, definitivamente a Alastor le encantaba ser el centro de atención.

-Me sorprende que haya tomado en cuenta mis gustos para darme un vestido, como es él supuse que me vestiría de monja o algo parecido –

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-Tiene que ser una demoniza especial para que me obligues a hacer un vestido tan sofisticado –dijo la Overlady de amplio sombrero.

-Es raro que supongas eso, Rosie –dijo Alastor bebiendo de una copa de sangre que habían traído hace un segundo.

-Por favor... te conozco como si yo misma te hubiese traido al infierno ¿era para la princesa acaso? –Alastor soltó una risa falsa común en su vocabulario.

-¡Por supuesto que no! Mi bella amiga, la princesa es casi una niña... para ella fue el otro que te solicité –

-Supuse que ella usaría algo más... extravagante –

Ni Alastor ni nadie se podría imaginar a Charlie con un vestido de ese tipo. Quizá Vaggie pero eso es otro asunto.

Una cantarina risa se escuchó al otro lado del salón llamando la atención de ambos demonios. Alastor fue el primero en mirar al príncipe Stolas conversando tranquilamente con el objeto de sus deseos. Deseos que nunca creyó tener con tal intensidad, y menos ahí en el infierno.

No sabía de qué hablaban pero si sabía del deseo sexual inagotable del búho, supuso que era un antiguo cliente de Angel, raro porque tenía entendido que el príncipe y Valentino no se tragaban, de la misma forma que él y Vox.

-Bueno... ciertamente no es una demoniza, pero si es muy bello –dijo Rosie de forma ausente como quien habla del clima. Alastor claro que notó el tinte de sorna en su voz. Ahí estaba el vestido.

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-Debo irme, mi hija está en esa edad en la que no soporta verme y quisiera bailar con ella–dijo con melancolía, Angel le obsequió una mueca de comprensión.