REDENCIÓN

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Recordaba ese lugar, todos en el infierno lo hacían. Era el límite de la ciudad donde cayeron al momento de morir, donde se dieron cuenta de que sus decisiones en vida realmente afectaban en su muerte.

Ahora era el lugar donde se despedía; sintió una luz cálida envolverlo dándole la sensación de protección, de que todo lo que hizo estaba perdonado y al fin podría estar en paz. Sin embargo sus pensamientos y sus sentimientos se veían aquejados por el dolor de la perdida.

Dio media vuelta justo cuando la luz lo bañaba dejando ver cómo había sido siendo humano, un suspiro de sorpresa fue emitido por Alastor al ver el joven rostro de su Angel, con algunas pecas salpicándolo, tez tan blanca pero sin verse demacrado y un cabello rubio que caía libre hasta su nuca. Sus ojos lagrimeaban, así que Alastor se acercó a él para envolverlo en sus brazos dejándolo esconderse en su hombro.

-Tengo miedo, y no estarás ahí –dijo el chico rubio.

-Todo va a estar bien –

-¿Pero y si es una trampa? ¿Qué tal si llego y me asesinan como los días de purga en el infierno? –Alastor lo separó de él acunando su mejilla dejando que sus lágrimas empaparan su mano.

-No lo harán, pero si lo intentan grita tan fuerte que yo iré a destriparlos a todos –Angel rió, pero los sollozos se interponían en que se escuchara como una verdadera carcajada.

Se escondió nuevamente en el arco del cuello del más bajo envolviéndolo en un férreo abrazo.

-Promete que me alcanzarás allá –Alastor no se veía en capacidad de prometer eso, pero ver la esperanza en las pupilas de su amado no se lo permitió.

-Lo prometo –le dio un beso en la frente y luego paso a darle otro en los labios sabiendo que sería el último en un largo tiempo –espérame –

-Siempre –

Cuando Angel se separó, dio una mirada rápida a sus amigos quienes lo observaban no muy lejos con claras intenciones de llora. Les obsequió una sonrisa y al fin después de casi cien años se fue a reunir con su progenitora al reino de Heaven.

Alastor se quedó mirando largo rato el punto donde su Angel había desaparecido para no volver. Una mano en su hombro lo sacó de sus pensamientos, contuvo sus ganas de reclamar la regla de los cinco pies al ver a Husk dándole una muda muestra de apoyo que sin decir pero interiormente agradecía.

Angel le había dado un pequeño pedazo de calma en esa cárcel de pecadores destinada a la tortura, le había hecho sentir cosas que ni en vida había sentido, había experimentado muchas cosas con él sintiéndose más fuerte a su lado. Y ahora ya no estaba.

Pero, a pesar de todo, Alastor era testarudo. Él nunca había pensado en redimirse, jamás le interesó porque nunca había sentido culpa por lo que hacía... ahora podía permitirse torturarse con su pasado, lamentarse de las muertes que provocó solo si así podía volver a ver a Angel.

Al final Angel se convertiría en su motivación para suplicar el perdón divino.

Pero si no lograba redimirse, no importaba como, él iría por Angel, dominaría Heaven solo para estar con él.

¡Claro! Solo si el plan A no funcionaba.

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FINALIZAMOS LA SEMANA RADIODUST!

Este último fue cortito, originalmente tenía otras ideas para redención pero creo que este drabble va al punto de la temática del día.

Pues... terminamos la semana, a seguir con nuestras vidas y esperemos que el siguiente año también se haga para seguir divirtiendonos todos con estos bellos personajes.

Espero nos leamos pronto en otra ocasión, gracias por llegar hasta el final de esta semana. Nos leemos luego!

Bais.


CaocHatsune.

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