Part 6: El lago en las montañas

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El destino pone muchas personas en tu vida, pero solo las mejores permanecen para siempre.

— ¿?

El lago en las montañas

El cielo de aquella genuina tarde era relativamente hermoso, cubierto de algunas juguetonas nubes blancas que hacían diferentes formas al azar quienes descansaban en un gigante manto azul, y un sol resplandeciente

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El cielo de aquella genuina tarde era relativamente hermoso, cubierto de algunas juguetonas nubes blancas que hacían diferentes formas al azar quienes descansaban en un gigante manto azul, y un sol resplandeciente.

Viento se colaba por su fino rostro mientras el único sonido que escuchaba era el de los galopes de aquellos caballos que los escoltaban a ambos por un sendero repleto de plantas y yerbabuena.

No fue hasta que llegaron a un lago que finalmente detuvieron el paso para descansar, dejando a ambos caballos comer algo de pasto para que descansen.

— Es una linda vista, ¿No cree? — Preguntó el hombre.

Deméter se puso de rodillas sobre el lago refrescando su rostro con algo de agua, dando un ligero vistazo al paisaje que estaba a sus espaldas.

— Lo es.

Metió sus manos en el agua para sacar un poco y beber.

— ¿A dónde estamos llendo con exactitud?

Iasion guardo un repentino silencio,  imitando la acción de la diosa para calmar su sed.

— Enrealidad fue usted quien me trajo aquí, yo sólo la invite a cabalgar.

Deméter lo miró de una forma monótona percatandose de que no iban a un lugar en específico, pero no era culpa del sacerdote, ella fue quien lo trajo hasta allí así que simplemente suspiró, colocando su cabello avellana sobre su hombro derecho.

— No importa, ¿Qué cosas sueles hacer aquí? — Arqueó la ceja —. Porque supongo que debes saber dónde estamos, ¿No?

Iasion saco las manos del agua manteniendo una expresión pacífica.

— Pues ... Normalmente vengo aquí cuando tengo tiempo libre, así que no se debe preocupar por donde estamos, pero — intrigado la vió —, ¿No se supone que los dioses conocen muy bien la tierra?, Es decir que ustedes llevan mucho tiempo aquí y eso supongo, o almenos eso me han contado desde niño.

Deméter se cruzó de brazos manteniendo su típica expresión calmada e imperturbable, no aprovecharía la oportunidad para molestar a aquel hombre.

— ¿Estás diciendo que debo saber porque soy vieja? — Fingió estar ofendida.

El sacerdote palideció ante aquella malinterpretación de palabras, moviendo su cabeza de lado a lado demostrando su arrepentimiento.

— No, no, lo decía porque así me dijeron siempre mis familiares, no quise ofrenderle, lo siento ...

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