Part 7: Tu hermosa sonrisa

83 10 3
                                    

Después de haber visto tantas sonrisas por el mundo, sigo creyendo que la tuya es mi favorita...

— ¿?

Tu hermosa sonrisa

Las despensas estaban totalmente vacías, lo único que prevalecía en su interior eran migajas perdidas de  arroz y otros granos de alimentos que se utilizarían para alimentar a la gran cantidad de niños que vivían de donaciones de la iglesia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las despensas estaban totalmente vacías, lo único que prevalecía en su interior eran migajas perdidas de  arroz y otros granos de alimentos que se utilizarían para alimentar a la gran cantidad de niños que vivían de donaciones de la iglesia.

— ¿No tienen reservas disponibles?

La mujer de túnicas blancas y azules negó levemente. — Lastimosamente no, señor. Esta era el único lugar donde guardamos los alimentos para dar a los niños y a los necesitados del pueblo.

Aquel orfanato no era un lugar demasiado extenso apesar de la gran cantidad de gente que vivía allí. Era una estructura de un tamaño mediano, paredes blancas y ventanas negras con un jardín descuidado para que los pequeños jugarán. Afortunadamente ningún niño salió lastimado, claro a excepción de una joven monja que intento detener el robo y en consecuencia recibió un golpe en su cabeza por parte del agresor. Ella ya estaba siendo atendida por médicos que llegaron rápidamente, así que las demás trabajadoras revisaban si aquellos ladrones habían dejado algo olvidado.

— Podemos pedir la colaboración del pueblo para ayudar a que ninguno aquí pase hambre.

— Sería buena idea, pero debido a la situación por la que pasa el pueblo dudo que alguien quiera compartir algo de sus raciones de comida. — Ella suspiró con pesadez—. Tengo que revisar que los pequeños estén bien, Agneta linda, por favor acompaña al sacerdote en lo que necesite.

La pequeña asintió al instante y la mujer se retiró. Ella acompaño al sacerdote y a la joven que le hacía compañía a conocer más lugares afectados por el robo. Sin comida que ofrecer tendrían que gastar todos sus impuestos, los cuales eran pocos, en restablecer toda la despensa de comida. Lo cual les haría muy difícil cumplir con otros pagos y responsabilidades de las cuales debían encargarse. Al finalizar el recorrido Agneta los regreso nuevamente al jardín, allí los esperaban su hermano Audur junto a un grupo de niños. Uno de ellos parecía estar llorando.

— ¿Qué ocurrió? — Preguntó Agneta acercándose a los niños con preocupación, era de las más grandes del grupo.

— Dirian no ha dejado de llorar desde hace rato, está preocupado por la señora Dysis. Intentamos subirle el ánimo jugando con él, pero es inútil.

Agneta se acercó al grupo de niños más jóvenes que ella, yendo directamente a donde se encontraba el pequeño Dirian. Un niño castaño claro de tez clara y fina, él vestía túnicas blancas ligeramente húmedas y sucias por el trabajo. — Hey, deja de llorar ¿No escuchaste a la señorita Charis? Dysis ya está siendo atendida por médicos, ella estará bien y más tarde podrá leerte esos cuentos que tanto te gustan.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 07, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El campo de nuestras memorias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora