Palabra: masturbación.
Pareja: Graves x TF.
Aclaraciones: Twisted = retorcido.El fuerte estruendo de la puerta cerrándose fue lo último que oyeron sus oídos. Alertas, resguardaban con la mirada fija en la madera por si alguien que lo seguía quería entrar. Los pasos se escucharon lejos, después más cerca y resignados al no encontrar a los dos vándalos, huyeron en la misma dirección por donde vinieron.
―Hombre... ―jadeó Twisted, dejándose caer al suelo para descansar.
Desde que iniciaron el día, todo les había salido mal. Sus estafas fueron descubiertas, y unos matones que les querían cazar desde otras ciudades encontraron su paradero, por lo que tuvieron que correr de un lado a otro hasta donde estaban ahora.
Por lo que veían, parecía una taberna abandonada. Graves lamentaba que ninguna linda mujer lo recibiera con un jarrón de cualquier licor que lograra olvidar el pesado día. Una rápida mirada por la zona disparó una sonrisa en sus labios, un par de botellas de dudoso whisky y otros jugosos licores esperaban ser vaciados en la garganta de algún alcohólico.
―Encontré oro ―iba a llamar a su amigo, no obstante, fueron sorprendidos por el sonido de alguien golpeando la puerta, una y otra vez, intentando abrirla.
El flaco muchacho brincó en su lugar y corrió hasta donde estaba su compañero. Sujetando su abrigo por el cuello, lo empujó hasta esconderse ambos atrás de la barra del bar, donde telarañas y vacías botellas lo recibieron.
La puerta se abrió, y unos ligeros pasos se escucharon.
―No creo estén aquí, estaba cerrado ―habló luego de unos segundos, los hombres agradecían que la barra los ocultara a ambos, y suspiraron a la par cuando los otros se marcharon con un frustrado portado.
―A ver qué tenemos aquí ―sin esperar, el robusto se había levantado para brindar su escondida con alcohol. Alarmando a su escuálido compañero, que chitó en reproche para hacer que regresara a su lado.
―¿Y si es una trampa, para que salgamos de nuestro escondite? ―incluso su voz sonaba en susurros. No era de preocuparse por este tipo de situaciones, tampoco era la primera vez que estaban en apuros, pero estaba cansado de huir, quería relajarse por tan sólo unos momentos.
―Tranquilo ―rascando su barba, regresó a su lado y dejó dos botellas de licor a su frente, para compartir.
En su bolsillo encontró un pequeño habano y agradeció a cualquier deidad existente, que hizo que se mantuviera sin romperse en las hostigosas persecuciones. Lo encendió y el característico olor inundó el lugar.
El joven de las cartas acomodó sus cabellos, ligeramente revueltos. Hace días se había hecho unas trenzas que facilitaban las huidas, ya que los mechones no se interponían en su rostro. Aun así, extrañaba su larga melena al aire.
―Te quedan muy bien ―comentó su compañero, sonriendo de lado.
Las primeras botellas fueron vaciadas en minutos, su sed y adrenalina eran saciadas de la mejor forma que conocían.
―Necesito relajarme, ¿sabes? ―comentó Graves, al regresar con un nuevo par de botellas en sus manos.
La preocupación sobre si las bebidas le causarían algún mal a su cuerpo quedó a un lado, aparte ya era tarde para preocuparse cuando ingirió una sin pensarlo. Observó a su amigo que exhalaba el pesado humo con tranquilidad y ojos cerrados, cuando terminaba, ingería un gran sorbo de Whisky.
El detalle que no pasó desapercibido para él, fue que la barba necesitaba un corte urgente. Ya cubría el ancho de su cara y podía juzgar que también todos sus labios. ¿Sería incómodo besar a alguien con tanta barba? Echó la culpa al alcohol de pensar esas tonterías.
―¿No quieres relajarte conmigo? ―la pregunta hizo que prestara atención a todo su entorno, las esparcidas botellas chocaban con sus piernas estiradas, y su amigo respiraba de manera honda, soltando el aire en un ronco gemido.
Al percatarse, supuso que sería estúpido regañarle.
―¿Y si regresan?
―Relájate de una vez, retorcido ―el rostro se frunció en una mueca al ser llamado de esa forma. Así sólo le llamaba cuando estaba burlándose.
Aproximándose a su compañero, no pudo despegar su mirada de aquella mano que complacía de forma precisa y constante el vigoroso miembro. El alcohol lo nublaba, permitiendo que sus pensamientos fueran confusos y sus movimientos erráticos.
Él también quería despreocuparse y relajarse, estaban entre amigos, un poco más de confianza no hacia mal a su relación. Riéndose de su propia reflexión, fue desabrochando sus prendas inferiores hasta estar igual que su contrincante, que entusiasmado observaba cada uno de sus movimientos.
La diestra mano de Twisted Fate, un poco sucia y dañada, fue a parar al hombro de su amigo. Lo estrujó entre sus dedos, ya demasiado excitado por toda la escena. Los ojos de Graves viajaban entre los necesitados labios y el latente miembro entre las piernas. Dejó de brindarse atención a sí mismo, considerándose descortés por invitar a su compañero a unirse y no satisfacerle; y llevó su propia mano a la entre pierna contraria, deslizando con destreza sus dedos por la ancha zona.
Las injurias se hicieron presente, cuando se percataron de lo que estaban haciendo sin ningún descaro. Las caricias en los miembros adversos eran erráticas, eléctricas y enormemente placenteras. Sus gemidos, en sincronía y en desniveles entre gruesos por Graves y agudos por su amigo, podrían traer la atención de cualquiera que los estaba persiguiendo. Pero no importaba, nada del exterior importaba.
Sólo masturbar a tu mejor amigo.
―Eres bueno, destino.
―¿Me llamas como tu preciada arma? ―el juego de palabras que su amigo siempre utilizaba con su nombre, le causaba risa.
―¿Qué quieres hacer con mi arma, pervertido? ―al haber ingerido más cantidad de alcohol que él, no podía entender nada de lo que estaba sucediendo en su entorno. Y Twisted se cuestionó si recordaría lo sucedido en unas horas.
Aprovechando la debilidad de su colega, incrementó el ritmo, y se atrevió a contestarse a sí mismo la duda que había tenido hace unos momentos. Buscó los amargos labios, probando el sabor del tabaco entremezclado con el licor. Horrible, y adictivo, quería acostumbrarse, quería saciarse.
El intenso sabor, sumado a los quejidos que su amigo clamaba ante sus caricias, era mayor que cualquier recompensa obtenida en su travesía juntos. Un aviso, que faltaba ya poco para que la diversión de ambos se terminase, fue exclamado en un susurro por el flaco muchacho.
Un poco más, cerrando los ojos y disfrutando los húmedos besos con la molesta barba. Un poco más, olvidando lo incómodo que iba a ser verlo a los ojos cuando el efecto de las bebidas se fuera. Un poco más, admitiendo cuanto había deseado ese momento íntimo con su amigo, en secreto.
.
El desastre era asqueroso. Una ducha, un río, agua, lo que fuere, necesitaba con urgencia para limpiar su marchado cuerpo y pegajosas manos. Sus prendas exclamaban en gritos ser limpiadas y ahora incluso más, al limpiarse en ellas. El barbudo bufó, satisfecho y cansado, extendiendo su largo cuerpo sobre el suelo. Una sonrisa se asomaba, demostrando su buen humor luego de lo acontecido.
―Me gusta relajarme contigo.
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Challenge ─ Smut League of Legends.
Fanfiction➝ League of Legends. ➝ Yaoi. ➝ Oneshots. ➝ Smut +18, fluff. ➝ 18/08/2020.