Dicen que un nuevo amanecer es una nueva oportunidad... es por eso que llega esta historia para demostrarte que no todo está perdido, que podemos equivocarnos, que podemos caer miles de veces, pero está en cada uno poder re-descubrirnos y volver a b...
―Me apoyo en el borde de la puerta para que puedan pasar, al instante me quedo pálida. No puede ser...
― ¡Hola Lena! ―saluda Marisol― te presento a mi primo Arthur...
Veo que estira la mano para saludarme ―un gusto señorita, ¿Lena Carter? ―dice sarcásticamente.
Ahora recuerdo que por culpa de Gina no escuché su apellido, no sabía que él era un Anderson. ¡Mierda!
―Lo mismo digo, ¿Arthur Anderson? ―respondo siguiéndole el juego― Pasen.
―Todas tienen esa primera impresión ―me susurra pícaramente al oído Marisol. Siento la cara caliente al instante. Ella tiene apenas 14 años pero sabe mucho más que yo en cuanto al flirteo. Aunque este no sea el caso.
Estamos reunidos en la mesa, mientras los adultos hablan entre ellos, escucho a mi pequeña vecina hablarme de un compañero suyo.
―Si Lena, es muy lindo y atento conmigo ―comenta entusiasmada.
― ¿No te parece que eres muy pequeña? ―cuestiono― Deben ir conociéndose; si fuese yo le diría que sea mi amigo, para conocerle mejor ―veo que no le ha gustado mi comentario.
―Ja, sé realista Lena. ―interrumpe Arthur― Los chicos somos malos, y ese nene te hará sufrir primita. Solo se hace el tierno contigo porque quie... ―no lo dejo terminar la oración.
― ¡Basta, Arthur! ―miro desafiante al chico que tengo enfrente. ―Que tú seas así no significa que todos lo sean―vuelvo a mirar a Marisol― te parece si hablamos de esto cuando estemos solo chicas―pronuncio la última parte pausadamente para que Arthur entienda la indirecta.
―La vida es cruel primita ―continúa― no es color de rosa como quieren hacerte creer... ¡Oh! No... espera, estoy equivocado ―fija su mirada en mí sonriendo de lado ―algunas si tienen la vida perfecta.
― ¡Suficiente! ―advierto sin darme cuenta que mis padres están cerca, voltean a mirar el alboroto.
― ¿Qué sucede hija? ―pregunta mi padre. ¡Maldición!
― Nada papá, ¡Suficiente! ¡He comido bastante! ―toco mi estómago, fingiendo estar satisfecha. Esta me la pagaras señorito Anderson― estuvo delicioso la cena ―comento y ni siquiera he tocado la mitad de mi plato.
―Qué raro hija, casi no has tocado tu plato, y eso que eres muy devoradora ―dice burlón mi padre. Yo solo me sonrojo.
Marisol me observa en silencio, entendiendo todo el teatrito que he hecho.
―Me disculpan, mañana tengo un examen y quisiera ir a repasar antes de dormir ―me excuso para poder levantarme. Arthur me mira sabiendo que estoy mintiendo y abre la boca y en ese preciso momento mi padre asiente.
―Está bien, cariño, ve a estudiar ―¡Bingo!
― ¡Buenas noches, un gusto verlos! Permiso ―me despido de la visita sonriente. Salgo como un torbellino del comedor.
― ¡Suerte con tu examen! ―escucho gritar a Arthur.
Este chico sí que es un fastidio.
⁂✨⁂✨⁂
¡Hola!
¡Gracias por continuar esta aventura conmigo!
Es un capítulo cortito, tranquilito pero muy necesario.
Espero tu voto y tu comentario si es que te ha gustado.
Aviso de antemano que el siguiente capítulo estará intenso. Conoceremos un poco mejor a los jóvenes de Panambi.
