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Solar quedó asombrada por el repentino cambio en el color del príncipe de Moonie, pues apenas hace unas horas lo había visto con sus hebras poco azuladas y ahora, que acababan de llegar de lo que se suponía era una salida tranquila al pueblo, estaba con su cabello completamente teñido de color marrón.
ㅡ Hemos llegado, madre. ㅡ Seoho se acercó a ella con su orquídea en brazos. ㅡ Mira lo que Keonhee me ha comprado.
Solar miró hacia los brazos de Seoho y soltó un grito al ver la flor extenderse de una manera excelsa. ㅡ ¡Es hermosa!.
ㅡ El pueblo es genial, Solar. ㅡ Dijo Keonhee con una sonrisa acercándose a ellos dos después de haber dejado su saco con alguien del personal para que lo llevara hasta su habitación.
ㅡ Me alegra que te haya gustado, Keonhee. ㅡ La reina sonrió tomando una mano de cada príncipe. ㅡ Pronto será de ustedes dos.
ㅡ Y lo manejarán de maravilla. ㅡ Se unió el rey con una sonrisa nostálgica, rezando en su interior a todos los dioses para que no les sucediera nada malo a sus príncipes, pues ya consideraban a Keonhee parte de su familia.
ㅡ Aún nos falta mucho que aprender. ㅡ Dijo el príncipe ahora castaño.
ㅡ Parece que te ha dado mucha seriedad el nuevo tinte. ㅡ Bromeó el rey ganándose una mala mirada por parte de Seoho.
ㅡ Padre, no lo molestes. ㅡ Pidió Seoho.
Keonhee negó rápidamente con la cabeza. ㅡ No es ninguna molestia. Al contrario, me gusta la idea de que podamos bromear entre nosotros.
ㅡ Vamos a traspasar la orquídea al jardín. ㅡ Seoho jaló con cuidado a Keonhee, tomando de la manga de su blanca camisa hasta que llegaron al jardín trasero.
ㅡ ¿Dónde la van a poner? ㅡ Preguntó el príncipe de Moonie.
ㅡ ¿Quiénes? ㅡ Cuestionó Seoho confundido.
ㅡ Los empleados. ㅡ Respondió Keonhee con obviedad haciendo reír a Seoho.
ㅡ La vamos a plantar nosotros.
Keonhee lo miró sorprendido. ㅡ ¿Tú haces actividades de jardinería?.
ㅡ Por supuesto, ¿Quién más si no?.
ㅡ A nosotros no nos dejan hacerlo. ㅡ Dijo Keonhee con un puchero. ㅡ Así que esta es mi primera vez haciéndolo.
Seoho sonrió ante la emoción que desprendía el príncipe. ㅡ Entonces te enseñaré.
Ambos príncipes sonrieron mientras se dirigían a un lugar del jardín que tenía a su alrededor piedras grandes de color blanco, limitando un espacio circular para una nueva planta. Algunos empleados llegaron con las herramientas que serían necesarias para que los príncipes pudieran pasar la orquídea de la maceta a la tierra fértil del lugar.