COMPLETOS...

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Tres años después...

Inquieto en la sala de espera de un hospital, el varón caminaba de un lado al otro, se sentaba apenas un minuto y volvía a caminar, sujetando ocasionalmente la manga de su playera, la que tenía una mancha seca de sangre.

Llevaba ya un buen rato esperando, no sabía con exactitud cuánto tiempo había estado ahí, pero sin duda ya habían pasado unas horas, y por más que preguntaba nadie le decía como estaba su esposo, y eso lo hacía sentir más ansioso.

Los pasos apresurados se escucharon por el corredor antes de que la figura de su hija aun con el uniforme de la primaria apareciera en la entrada de la sala, seguida de dos figuras más pequeñas aún.

-Papi…* saludo la pequeña pecosa abrazándose a su padre.

-Hola cariño* saludo el mayor, acariciando el cabello de su hija.

-Hoa tío diku* saludo la pequeña niña de cabello negro.

-Oa io eku* saludo también un pequeño niño que iba aferrado a la falda de Hoshi.

-Hola Katsu-chan, Tashi-chan* saludo de la misma forma

Sus amigos no tardaron en aparecer también por la puerta, preguntaron por el bicolor, pero Midoriya les explico que aún no le decían nada; al tiempo que el pelirrojo le extendía una playera limpia para que se fuera a cambiar.

Pasaron un par de horas más en las que el pequeño Sero se acurrucó en los brazos de su mamá y se quedó dormido, mientras que las niñas estaban dibujando en el suelo en una de las esquinas.

-Viejo deja de dar tantas vueltas…* le pidió el de cabello negro.

-Si bastardo, el mitad mitad estará bien* argumento también Bakugo con un gruñido.

-Es que… el médico dijo…* empezó el peliverde, pero el nudo en su garganta no lo dejo terminar, la mano de Eijiro dio un ligero apretón en su hombro.

-Que era riesgoso…* completó el pelirrojo.

-Lo sabemos Deku, Shoto también lo sabía* le dijo Denki aún con su bebé en brazos.

Midoriya estaba que no podía con la presión, todo había sido felicidad hasta el día anterior, y ahora su corazón se estrujaba por el miedo, hacía dos años que por fin se había casado con aquel chico que tanto amaba y ahora estaban de vuelta en el hospital.

Podía recordar su bella sonrisa al caminar al altar, está vez en la boda que había planeado desde que eran novios, solo que con su hija llevando los anillos con los que se unirían…

Frente a las personas que conocían, que los apreciaban, amigos y familia, héroes e incluso maestros; ambos por fin se juraron amor, se prometieron cuidarse y acompañarse, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad… 

"Hasta que la muerte nos separe"

Las lágrimas bajaron silenciosas por las pecosas mejillas recordando el grito que escucho horas antes, el doloroso grito de su esposo, el miedo que se plasmó en sus ojos, la sangre en el suelo.

Había llegado al hospital tan rápido como había podido pidiendo ayuda, varias enfermeras se aproximaron a ayudarle, dos enfermeros pusieron al bicolor en la camilla para llevarlo dentro.

La mano ensangrentada del doncel se había aferrado a la mano de su esposo, lloraba de miedo, de dolor, de angustia…

-No me dejes Izu…* escuchó la débil voz del bicolor mientras las enfermeras llevaban la camilla para que el chico fuera atendido.

💔 DEJAME SANARTE... 💔 (DekuTodo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora