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B: Salir corriendo.

Suspiraste y te preparaste para lo que estabas a punto de hacer. Miraste a tu alrededor, lo más sensato era correr en dirección opuesta a donde estaban esas personas, así que te preparaste y mentalmente empezaste a contar hasta tres. Al llegar al uno, corriste con todas tus fuerzas, podías escuchar que te seguían, pero solo podías pensar en huir y en regresar a tu casa, al parecer empezaban a gritarte que te detuvieras, pero obviamente no lo harías, aceleraste el paso si es que se podía más hasta ya casi no escuchar sus gritos, los nervios se apoderaban de ti, sabías que esas siete personas venían siguiéndote y que probablemente tarde o temprano te alcanzarían, pero al menos debías luchar y no dejarles la victoria en bandeja de oro.

Tan sumida estabas en tus pensamientos que no te diste cuenta cuando el suelo se acabó, en menos de segundos te encontrabas cayendo a gran velocidad.

— ¡Ayúdenme! ¡Alguien! —gritabas con todas tus fuerzas, no querías morir aún, empezaste a llorar de la impotencia. Sentías el impacto y tu muerte cada vez más cerca cuando el aire que golpeaba bruscamente tu cara se detuvo, abriste tus ojos lentamente para notar que no habías caído, al contrario, estabas ¿volando? Tallaste tus ojos y sorbiste tu nariz, pestañeaste varias veces, no creías lo que veías, en verdad estabas volando, pero tus pensamientos fueron interrumpidos.

— ¿Acaso eres tonta? Casi mueres ahí y todo por no escuchar nuestras advertencias.

Era el chico que anteriormente te estaba apuntando con un arco y una flecha en llamas, vaya problema. Fue ahí cuando notaste que no estaban "volando" con la bendición de dios, estaban volando montados sobre un ¿dragón? ¡¿Un dragón?!

— ¡¿U-Un dragón?! —gritaste sorprendida, tanto que de nuevo casi caes al vacío, por suerte los reflejos de este chico eran rápidos y te atrapó, quedando demasiado cerca.

—Cálmate o espantarás a Daisy y los dos acabaremos hechos papilla en el suelo —susurró en tu oído aquel chico, no pudiste evitar sentir escalofríos al escuchar aquella voz tan gruesa cerca de tu oído. Pronto éste se alejo y sonrió burlona mente—. En serio eres bastante tonta —cruzado de brazos acarició el lomo de aquel dragón.

— ¿Acaso llamaste a este dragón... Daisy? —preguntaste, lo admitías, querías reírte pero no parecía un ambiente como para hacerlo así que te aguantaste las ganas de reir.

—Sí, ¿algún problema? —pareció fulminarte con la mirada.

—No... —lo observaste más detenidamente, éste tenía el cabello color ceniza, ojos bastante oscuros, prendas negras, botines negros, uñas negras y un dije en su cuello, definitivamente él era uno de los personajes de los cuentos de hadas que te contaba tu hermana, pero te negabas a reconocerlo.

—Bien, ya casi llegamos, te aconsejo que te agarres si no quieres salir volando otra vez —Ahí estaba de nuevo esa sonrisa burlona, bufaste, no pensabas hacerle caso—. Bien, que quede en tu consciencia que yo te advertí.

De repente se giró y se sostuvo del cuello de aquella dragona. Te negabas a agarrarte.

—Bájanos Daisy —al instante en el que terminó de decir esas dos palabras, empezaron a descender bastante rápido, así que sin remedio te agarraste, o más bien te aferraste al chico con todas tus fuerzas— te dije.

Al llegar a tierra firme suspiraste.

—Ya puedes soltarme, ¿sabes? —habló el chico. Rápido y algo avergonzada te soltaste de él.

—Tonto —susurraste, sentías el calor en tus mejillas, ¿por qué te estabas sonrojando por un chico al que hacía apenas unos segundos habías conocido y el cual te había apuntado con un arco y una flecha en llamas? Este mundo o lo que fuera te estaba enloqueciendo de seguro.

— ¿Piensas quedarte ahí toda la eternidad? —cuando el chico habló te diste cuenta de que él ya estaba abajo, tu eras la única sobre "Daisy."

—Y-Ya voy... —no querías admitirlo pero tenías algo de miedo al bajar o siquiera moverte, en primera temías lo que esa dragona hiciera y en segunda temías la altura que había desde el lomo de la dragona hasta el suelo.

—Te tomas tu tiempo, ¿eh? —ese chico era insoportable.

— ¡Dije que ya-! —sabías que no debías haberte inclinado para gritarle, ahora estabas cayendo al suelo.

—Hm, al parecer tu y el suelo tienen una extraña relación —el chico te alcanzó a tomar y ahora te tenía en sus brazos de forma nupcial.

—B-Bájame tonto.

— ¿O qué? —sonrió burlona mente.

—Suéltala Namjoon, ya la has de haber asustado bastante, te dije que era mala idea llevarla en Daisy — de repente una segunda voz los interrumpió, era el chico el cual tenía unas prendas bastante elegantes.

—Sin Daisy ella estaría muerta Jin —ese chico te bajó y ocultó sus manos en sus bolsillos.

—Bueno, ya es tarde y ya se va a oscurecer, tenemos que llevarla a nuestra morada —dijo el chico llamado "Jin."

—Eso es una mala idea —dijo el chico de orejas puntiagudas— apenas la conocemos, no podemos llevarla a nuestra morada Jin.

—Ustedes saben que no puede quedarse aquí, el bosque ahora es peligroso y más en la noche.

—La llevaremos —dijo el chico que te había olfateado— pero si hace algo no nos haremos responsables, sin contar que tenemos que averiguar porque demonios huele idéntico a ella.

—Decidido, vendrás a nuestra morada, vamos —el chico llamado Jin extendió su mano para que la tomaras. Titubeaste unos segundos, no confiabas del todo en esos siete chicos, pero eran la única esperanza que tenías, así que tomaste su mano, pero al instante de hacerlo caíste en un sueño profundo.

— ¿Có... Cómo...? —empezaste a señalar a tu alrededor, hacía un momento estabas en el bosque y ahora todos estaban ahí comportándose como si nada.

—Cálmate. Te lo explicaremos todo —te dijo el chico llamado Jin.

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UWU

En el siguiente ya elegirán la ruta con el chico que deseen :3

Utopia ― BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora