-Desde otro punto de vista- (EndeHawks)

5.

Endeavor se sentía abrumado, y no era para menos.

Salir a duras penas del hotel, casi cayendo del balcón y estrellándose en el intento, para buscar al mocoso que lo convirtió, sin querer, en un gato para intentar volver a ser un humano y terminar igual, o peor, que en un inicio y al regresar encontrar a tu pareja deshecho en plena crisis emocional en medio de una pieza de hotel con todo a su alrededor hecho un desastre y la puerta entreabierta, no es algo muy sencillo de manejar y de procesar.

Y es aún menos sencillo siendo un animal que no puede ni pronunciar unas palabras de calma, que nisiquiera él mismo se creería.

Encontrar al siempre alegre y despreocupado Hawks en una forma tan poco propia de él era algo que alteraba a cualquiera que lo conociese, el rubio no estaba bien emocionalmente y Enji se dio cuenta de eso. Pero no fue en el momento que lo encontró de esa forma que se dio cuenta, tampoco fue cuando aguantando las lágrimas lo nombró Endeavor, ni cuando pasaron gran parte de la noche en medio del desastre llorando y liberando el dolor.      

Se dio cuenta que algo no iba bien cuando el rubio después de todo eso empezó a actuar como si nada hubiese pasado. Porque no es usual tener un completo desinterés y despreocupación por todo a tu alrededor después de prácticamente tener una fuerte crisis emocional.

Todo eso no fue nada comparado al momento en el que Keigo en silencio se levantó del suelo y fue directo al baño para lavarse la cara, posteriormente ir a donde estaba el felino de color rojo para tomarlo en brazos y acariciar su peludita espalda, mientras caminaba de regreso a la habitación ignorando por completo el desorden que había a su alrededor para acostarse en la cama y dormir como si no hubiera pasado absolutamente nada. Todo eso en un silencio tan inusual de su parte que inquietaba a cualquiera. Actuando como si no quisiera observar el desastre que sus emociones dejaron a su alrededor.

Cualquiera pensaría que actuaba como si algo se hubiese roto en su interior.

Otra persona pensaría más bien que se comportaba como si algo en su interior después de mucho tiempo se hubiera decidido a a resolver un problema por medio de una locura que al mismo tiempo era una estupidez.

Y Enji que conocía bien al rubio sabía que cuando esté estaba muy tranquilo posiblemente estaría tramando una estúpida locura que tendría muy graves consecuencias.

Pero, mientras su locura no estuviera lista se comportaba con su normal actitud de mocoso despreocupado e insolente. La cual demostró al día siguiente cuando con su habitual aspecto burlón observó el desastre de la noche anterior, hizo una mueca mientras fingió pensar en una solución o forma de arreglar para este, hasta que con una sonrisa maliciosa recordó que Enji había pagado todo el viaje con su tarjeta de crédito y que el hotel sabía la cuenta de esta tarjeta por si acaso se presentaba algún inconveniente. Y ese era justo un inconveniente que el rubio pensó que podía pagar con la tarjeta olvidada por el pelirrojo.

Maldito mocoso. No le bastaba con a acabar con él de forma sentimental, ahora también iba a acabar con él de manera económica.

Enji sólo esperaba que las cosas se tranquilizaran por lo menos unos días y que pudiera regresar a ser humano pronto.

Aunque dentro de si sabía que el universo lo odiaba e iba a pasar lo contrario a lo que él quería.

........................

Efectivamente, el universo odiaba a Enji.

Los días y noches hubieran empezado a transcurrir de forma simple de no ser por el misterio en las acciones del joven con alas.