Últimos momentos de Sumisión y Despedida Secreta

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Nos vamos a mi habitación, donde nos ponemos ropa y nos acostamos en la cama un rato, disfrutando de la tranquilidad después de nuestra intensa actividad. La curiosidad me lleva a preguntar a Isis sobre su plan de recogida.

Yo - (Curioso): "Oye Isis, ¿cuándo es que te van a venir a buscar al final?"

Isis se queda pensativa por un momento antes de decidir llamar a su madre.

Isis - (Pensativa): "No sé, déjame preguntar."

Toma su teléfono y llama a su mamá, poniendo el altavoz para que ambos podamos escuchar la conversación.

Isis - (Iniciando): "Hola mamá."

La voz alegre de su madre se escucha del otro lado.

Mariana - (Alegre): "Hola Isis, ¿cómo estás?"

Isis sonríe, contenta de escuchar a su madre.

Isis - (Contenta): "Bien, mamá."

Mariana responde con una nota de satisfacción en su voz.

Mariana - (Alegre): "Me alegro."

Isis va directamente al grano, queriendo saber los detalles.

Isis - (Curiosa): "¿Cuándo me van a venir a buscar al final?"

Mariana no tarda en responder, su tono es informativo.

Mariana - (Informativa): "En un rato, te iba a llamar para decirte."

Isis asiente, comprendiendo.

Isis - (Asintiendo): "Ah, vale."

Mariana añade más detalles, asegurando a Isis.

Mariana - (Explicativa): "Sí, ya me desocupé, voy en camino."

Isis termina la llamada con una despedida.

Isis - (Acordando): "Vale, te espero. Bye."

Cuelga el teléfono y se vuelve hacia mí con una sonrisa, relajada por la confirmación del plan.

En lo que esperamos a que llegase su mamá, decido proponerle algo a Isis para hacer el tiempo más interesante.

Yo - (Proponiendo): "Oye Isis, ¿te parece si soy tu esclavo hasta que llegue tu mamá?"

Isis sonríe, visiblemente emocionada por la idea.

Isis - (Aprobando): "Sí, ¿por qué no?"

Asiento, dispuesto a asumir el rol con seriedad.

Yo - (Sumiso): "De acuerdo, mi ama."

Mientras esperamos, asumo mi rol de esclavo con dedicación. Aunque no sabíamos en qué momento iba a llegar su mamá, decidimos mantener las actividades simples pero placenteras. Isis me ordena lamerle los pies, y disfruto de cada momento, sintiendo la conexión y la sumisión en cada caricia.

Luego, ella se divierte caminando o bailando sobre mí, su risa llenando la habitación mientras me esfuerzo por mantener el equilibrio y complacerla. Hacemos "El Caballito", donde ella se sube a mi espalda y la llevo alrededor de la habitación, riendo y disfrutando del juego.

Cada actividad nos acerca más, fortaleciendo nuestra conexión y haciendo que el tiempo pase de manera agradable. La mezcla de diversión y sumisión crea una atmósfera única y especial, permitiéndonos disfrutar de la compañía del otro mientras esperamos la llegada de su mamá.

Llega Mariana, y bajamos para encontrarnos con ella. Mientras íbamos en el ascensor, a Isis se le cae algo al suelo. Como llevaba sandalias, decide sacarse una para buscar lo que se le cayó. En el proceso, me frota el pene con su pie, causando una rápida erección.

Con mi pene ya erecto, ella se levanta, se coloca la sandalia y detiene el ascensor. Luego, se arrodilla frente a mí, abre mi pantalón y me saca el pene. Sin perder tiempo, empieza a chupármelo con destreza. Mientras lo hace, noto sus sandalias y ella, dándose cuenta de mi interés, se las quita y me las pasa. Esto me permite ver y oler sus pies al mismo tiempo, aumentando mi excitación.

Isis continúa chupándomelo por unos cinco minutos. La sensación es intensa, pero sabemos que debemos detenernos antes de que sea demasiado tarde. Nos arreglamos rápidamente, ponemos a funcionar el ascensor y salimos.

Al llegar al vestíbulo, mientras abría la puerta de vidrio, noto que todavía tengo el pene afuera. Rápidamente lo meto en el pantalón y le digo a Isis:

Yo - (Rápido): "Hay que acomodarnos para que tu mamá no nos mate."

Isis asiente, consciente de la necesidad de ser discretos.

Isis - (De acuerdo): "Sí, vamos."

Nos acomodamos rápidamente y salimos del edificio. Mariana está esperando afuera, y nos acercamos a despedirnos. Antes de irse, Isis se inclina hacia mí y me susurra:

Isis - (Cómplice): "Hay que hacer esto la próxima vez." - (Me guiña el ojo) -

Le devuelvo la sonrisa, complacido con la idea de repetir nuestra experiencia intensa y secreta. Nos despedimos de su madre con normalidad, ocultando cualquier rastro de nuestra reciente travesura. La anticipación de futuros encuentros similares llena el aire mientras nos separamos.

FIN

Los Pies de IsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora