4| ¿Importante?

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Tres semanas habían pasado, era viernes, los chicos se encontraban en el Instituto a la hora del almuerzo como siempre en la cafetería. Excepto por una rubia y un castaño, ellos se encontraban bajo las gradas del gimnasio mientras se escondían de un grupo de chicos que los habían estado molestando todo el día, bueno desde que Hipo decidió cuidar a Elsa mientras dormía en realidad.

-¿Crees que estemos a salvo? -preguntó él tratando de calmar su respiración pues habían llegado corriendo

-Eso espero... -contestó ella igualmente agitada, de pronto soltó una risa suave y vio al chico -¿Has pensado en entrar al equipo de soccer del Instituto? Corres bastante rápido.

-Lo he pensado... Pero por ahora no. -sonrió al verla reír de nuevo. Guardaron silencio y se agacharon al escuchar a los otros correr y llegar al gimnasio.

-No pudieron haberse ido tan lejos-

-Tal vez estén en las duchas-

-Déjalos, par de cobardes- Se fueron de ahí a paso lento, la pareja que estaba escondida se levantó al escuchar que cerraban la puerta.

-Nos llama cobardes el que no puede ir sin sus guaruras -comentó Elsa con burla -De no ser porque siempre están en bola sería fácil enfrentarme a él.-

-Seguro que si -comentó con gracia sabiendo que no lo haría, Austin era el hijo del jefe de su padre, no podía hacer nada o el hijo de papi la acusaría y se desquitarían con su padre, quien a su vez se desquitaría con ella, aunque eso último Hipo no lo sabía. -¿Alguna vez te había dicho que practicaba box cuando era pequeño?-

-Un par de veces si -salieron de abajo de las gradas para esta vez sentarse sobre ellas -Deberías enseñarme y yo te enseño a nadar.-

-Me parece razonable. -Elsa sacó de su mochila un par de sándwiches y le extendió uno al chico, el sacó dos sodas y le dio una a ella -No entiendo tu afán de siempre tomar Soda de Limón o limonada.-

-¿No te gusta la limonada?-

-Claro que sí, pero no al grado de solamente tomar eso.-

-Bueno... Me gusta el sabor del Limón -se encogió de hombros haciendo sonreír al chico.

-A mi empieza a gustarme mucho el olor a Limón, tú tienes la culpa de eso.-

-¿Si? Pues tú tienes la culpa de que ahora mi aroma favorito sea la hierbabuena -comentó en bajo con una sonrisa haciendo que el chico se tensara ante eso

-¿Qué? -ella siguió comiendo ignorando intencionalmente al chico, ¿por qué lo había dicho? -¿Que tengo que ver yo con la hierbabuena? -sabía que tenía que ver con la hierbabuena, pero no podía referirse a eso, ya no... Ya no tenía su esencia...

-Nada... Locuras mías -contestó con simpleza, tomó de su Soda y continuó -por cierto... ¿Hoy por la noche estás disponible?-

-Creo que sí... ¿A dónde iremos? -mordió su sándwich.

-A mi lugar favorito -le guiño un ojo y siguieron comiendo.

Cada viernes por la tarde salían a conocer distintos lugares de la ciudad para su proyecto, redactaban los fines de semana un escrito sobre cada lugar al que iban y lo entregaban como avance del proyecto.
Hipo de vez en cuando de manera disimulada veía el moretón que ella aún tenía muy poco visible en su pómulo izquierdo, por su blanquecina piel aún se veía un tanto rojiza aquella zona, le había preguntado qué había pasado y ella desviaba el tema de pronto, al igual que el tema de que llevaba siempre playeras de manga larga o muñequeras eran cosas que le causaban curiosidad, estaba escondiendo algo, pero no quería indagar de más y terminar siendo descubierto también, inconscientemente vio hacia su antebrazo y acomodó la manga de su playera mientras ella estaba un tanto distraída.

DRAGONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora