Comienza la guerra (I)

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Y otro día comienza para nuestros héroes, tras la fiesta del día anterior tienen que levantarse y continuar, aunque el alcohol que tomaron les va a seguir afectando un poco.

Kendra es la primera en despertarse, no porque quiera, sino porque la luz del sol le da en la cara. La duele un poco la cabeza, pero nada importante. Se queda tirada en la cama mirando al techo.

En la cama contigua, Phineas se despierta con más resaca que su compañera. Y con la mancha oscura de su pecho más grande que el día anterior.

Tristana se despierta dolorida por la noche anterior. Hoy no va a estar de humor como para hablar mucho.

-La luuuz -se queja Arturo todavía medio dormido.

Nico sigue durmiendo, aunque se despertará con dolor de cabeza y con la sensación de que alguien le espía en sueños.

En otra parte del mundo, alguien se relame los labios.

Ryû también intenta dormir la resaca, pero Antonio la despierta, igual que a Arturo (que recuerda estupefacto lo que pasó con Ryû, aunque ella no se acuerda).

En fin, cada cual se despierta a su manera, con más o menos resaca.

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Cuando bajan a desayunar, ven a Sakín desayunando tranquilamente con tres hombres con chaquetas de cuero negro y pinta macarra.

El dueño de la posada les ofrece una especie de bebida revitalizante lodosa, pero gustosa. Al ver que Sakín les invita a sentarse van con él.

-¿Haciendo amigos? -pregunta Kendra somñolienta

-Sí, son muy majos. ¿Verdad chicos?

Uno de los hombres, con un parche, calvo y enorme, responde con voz de pito- Sí, es un hombre muy majo.

Kendra agarra su bebida, le da un trago, lo saborea -Buenos días- y se va a sentar a otra mesa cercana. Phineas la sigue cual patito a su madre y los demás simplemente se sientan cerca.

-Entonces sois viajeros -dice uno de los tipos- Os alegrará saber que no hay peligro en los caminos. ¿Os habéis enterado? Se han cargado a Magnus.

Arturo casi escupe la bebida. Kendra se atraganta.

-Y lo peor de todo, al parecer el grupo que lo mató está persiguiendo a su panda de bandidos. Ayer encontraron el cadáver de uno en el molino de aquí al lado.

Arturo mira al grupo con cara de: ¿Hicimos eso?
Evidentemente no lo hicieron, pero están sorprendidos.

-Por favor -murmura Nico- Que estamos desayunando

Por lo que les cuentan los nuevos amigos de Sakín, hay gente persiguiendo a los bandidos que quedan vivos, se cree que las niñas de Magnus fueron violadas o asesinadas, pero nos se sabe a ciencia cierta. Ryû ni se inmuta.

-Aunque, son hijas de Magnus -apunta uno- Si siguen vivas no me gustaría estar en el pellejo del grupo que lo mató, jaja.

Nuestros héroes beben café intensamente.

En medio de esta incómoda escena, un guardia del pueblo entra comentando sobre que han encontrado otro cadáver crucificado barranco abajo.

-Estamos desayunando-repite Nico

-Anda, vamónos -dice Kendra

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Tras despedirse de los hombres, salen de la ciudad, escuchando el murmullo de dos guardias maldiciendo a los carteristas de la feria.

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