Capítulo II

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Ray inclinó su cabeza por decima vez desde que la clase habia iniciado, se sentia extremadamente cansado ese dia en especial ¿como no? si se habia desvelado en la madrugada por terminar de leer un fanfiction que había empezado esa misma noche.

Los días en la universidad habian pasado más fáciles y rápidos de lo que se había imagnado, el aula era amplia, habia aire acondicionado y aunque los demas compañeros de clases de Ray parecían ser unos imbéciles incompetentes, había encontrado un grupo con el que se sentía mas o menos conforme.

Por ello fue que Celeste lo codeó despertandolo en media clase de atencion al paciente, bufó por lo bajo y se enderezó arreglando su cabello hacia atras en una media coleta. Al ver nuevamente hacia un lado miró a Gariel, ella lo había estado viendo, por mas tiempo del que Ray pudo haber contado.

Dió una media sonrisa avergonzandola de inmediato, Ray suspiró e intentó centrarse en la clase. Mas tarde, casi media hora despues estuvieron libres para el almuerzo, originalmente Ray no salía, no le gustaba o simplemente no se sentia cómodo con compañía mientras almorazaba. Por lo tanto intentó quedarse a solas, hasta que su pequeño nuevo grupo se acercó a el.

-¿Te piensas quedar aqui? -preguntó Kenia mirándolo, Gariel estaba detrás suyo, mirandolo expectante.

-No lo se, es mas comodo que afuera -mencionó encogiendose de hombros, esperando a que Gariel le dijera algo, al menos un "vamos" pero se decepcionó al escuchar la voz de Kenia nuevamente.

-Vamos, nos estan esperando -Ray relamió sus labios y suspiró levantándose de su lugar, incómodo por la intensa diferencia de tamaño con sus nuevas amistades.

-¡Que se dilataron! -se quejó Roxana viéndolos llegar.

-No quería salir -explicó Ray buscando con la mirada un lugar para sentarse.

-¿Van a ir a comprar algo? -preguntó nuevamente Roxana al grupo.

-Yo no -susurró Ray dispuesto a no almorzar.

-Yo tampoco -Ray miró a Gariel asi que se sentó a su lado, se dejó caer sobre la superficie del comedor y ladeó su cabeza viendo a Gariel incomodarse y sonrojarse lentamente.

-Bien, cuiden las cosas entonces -Ray asintió despegando su vista de la pelinegra para despreocupar a los demas, cuando estuvieron solos, Ray volteó a verla de nuevo.

-No hemos tenido oportunidad de hablar -mencionó Ray enderezando su cuerpo para soltar su cabello y arreglarlo hacia un lado mientras el creciente nerviosismo de Gariel llegaba a la percepción de Ray, haciéndolo sonreír -¿Por qué estás tan nerviosa?

La pregunta quedó en el aire y bullicio de la universidad, un día anormalmente agitado para el lugar, había personas por todos lados, algunos hablando entre ellos, otro pagando facturas o algunos que simplemente degustaban de su almuerzo en silencio. Aún así, el campus estaba lleno.

-No estoy nerviosa -afirmó Gariel sacando su celular en busca de una distracción para el temblor eminentes de sus manos, Ray siguió el camino de los dedos de Gariel, encendiendo y desbloqueando el aparato.

-Me gustan tus manos -mencionó Ray deteniendo el movimientos de las manos de Gariel, quién lo miró interrogante, silenciosamente preguntando con su mirada ¿Por qué? -Son bonitas, pequeñas -ella frunció el entrecejo disgustada con la respuesta recibida -¿Que? No es una burla

-Lo es para mí -susurró Gariel dejando el móvil sobre la mesa para atar su cabello en una media coleta desordenada por sus rizos negros.

1.52 CmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora