Capítulo IV

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Las luces de las calles parecían más llamativas que las personas a su alrededor, Ray supo que estaba incómodo desde que se había acercado a su destinatario, sus padres habían insistido en salir esa noche, Dios, Ray odiaba situaciones en las que tenía que salir y fingir que eran una hermosa familia feliz.




Pero lo hizo por su madre y porque le gustaba pasar tiempo con su hermano mayor. Ariel se acercó a él y lo rodeó por los hombros atrayendolo, silenciosamente dándole apoyo para el resto de la noche.




-No sé que hacemos aquí -susurró Ray viendo a las personas a su alrededor, tenía mejores cosas que hacer un sábado por la noche, como leer por ejemplo.




-Pasar tiempo conmigo imbécil -respondió su hermano empujándolo hacia adelante.




-Idiota -susurró Ray caminando al lado de su madre, quién abrazó su brazo derecho y caminó lentamente con él.




-¿Cómo te va en la universidad hijo? -preguntó su padre. -¿Ya conseguiste a una dulce jovencita que presentarnos? -Aqui van de nuevo...




-Quizas podría presentarte un dulce jovencito... -dijo sarcástico -no papá, aún nada. -contestó malhumorado alcanzando el paso de su hermano más adelante.




-¿Otra vez? -Ray asintió -¿Por qué no tienes novia?




-No quiero -respondio de inmediato encogiéndose de hombros -Es mucho trabajo.




Pensó en Denisse, la última semana había estado demasiado insinuante con él, no le molestaba, de hecho, a veces se sentía caliente con los gestos que ella le hacía durante las clases. Pero no, nada había pasado a más después de esa semana.




Solo gestos e insinuaciones que más bien confundían a Ray, no quería ser un sobrado e ir y hablar. No, prefería mejor no meter sus manos al fuego.




También pensó en Gariel, ni siquiera supo por qué ella vino a su mente en ese tipo de temas, era su amiga, demasiado inocente y tierna como para hablar así sobre ella. Pero no podía evitarlo, era linda.




Y aunque no quería admitirlo ni para sí mismo, a veces se encontraba a si mismo observando a Gariel. Pero era ¿Instinto? Quizás, ver a una chica bonita, le atraía y hasta ahí, no pasaría a más si Ray no lo permitía.




Pero como había pensando antes, no quería meterse a problemas de noviazgo. Al menos, no ahora.




Más tarde esa noche una chica se acercó a Ray mientras esté estaba a solas frente a un restaurante del parque donde su familia se había tomado el tiempo de quedarse.




-¿Estás solo? -preguntó una castaña bonita.




-No veo a nadie más alrededor - ella torció una sonrisa avergonzada acercándose y sentándome a su lado ¿Por qué?




-¿Y tu novia?




-Dios.. ¿Por qué todos preguntan lo mismo? -susurró observando detalladamente a la chica a su lado. No podía negar el atractivo de la chica, inclusivo, deseaba tocarla, Dios, estaba demasiado frustrado sexualmente últimamente -No tengo, soy un chico libre.




-Eso es bueno -respondió ella acercándose más.




-Lo es desde la perspectiva que lo veas -respondió cruzando sus brazos, le picaba por tocar alguna parte de ella. Pero no era un depravado sexual. Tenía principios que respetar.




-Hay una parte oscura... detrás de los baños -¿En qué momento pasó a ese tema?




-¿Ah sí? -preguntó sonriéndole.

1.52 CmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora