Me dejo llevar
por las suaves gotas de tempestad
que recorren caminos
por mi rostro apagado.La soledad se ha vuelto mi compañera,
el desgano el pan de cada día,
y no soporto el sentimiento
del abrupto abatimiento.Solo con versos me consuelo
cuando extraño tu tacto.
Tu rostro, solemne,
provoca que me pierdeentre lagunas de desolación
y arbustos de dolor
mientras aguardo en la espera
de la ayuda traicionera.

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Viviendo en poesía
PuisiSurgen las horas, pasan los días; yo sigo viviendo en mi poesía. Un lugar cómodo para la soledad que me invade en su totalidad. Atrévete a entrar al mágico lugar de las palabras exactas y las cabezas desordenadas.