Capítulo 6: Revelaciones

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Mientras regresaba de una larga caminata matutina para despejar su mente, veía a los niños subirse a un pequeño autobús, por lo que los despide con un saludo, pero se detiene abruptamente cuando ve al príncipe mirándolo detenidamente como si quiera desnudarlo ahí mismo.

-¿Sales a correr?

-Es bueno para relajarse ¿no cree?-mirando por última vez el autobús- ¿A dónde van?

-Es un paseo anual que hacen en el colegio, aunque estén de vacaciones... les encantan los paseos.

-Esa es la parte agradable de la escuela... además de los recesos-riéndose- Eso y las clases de arte.

-¿Me vas a aceptar mi invitación a palacio?-viendo como Gulf casi se ahoga con el agua-¿Te sorprende que lo vuelva a preguntar?

-¿Y eso me lleva a preguntarme, porque la insistencia?

-¿Qué te preocupa?-acercándose a él, como si fuera un animal a punto de capturar a su presa-¿Piensas que te encerraré en un harén?

-¿Tengo cara de pertenecer a un harén?-diciendo con nerviosismo.





Escuchándolo decir eso, ahora comprobaba que el joven frente a él, en realidad no sabía que era muy sensual con el simple hecho de tener esa elegancia natural, la belleza en los ojos y su dignidad; esas cualidades eran dignas para un príncipe ¿Por qué pensaba eso?

- Para que deje de insistir, le acepto la invitación ¿Podrá esperarme?-señalando su vestimenta deportiva -No creo que esto sea apto para una visita al palacio.

-Te espero en una hora-viendo como el joven hacia una señal de aprobación.


Tiempo después, veía a Gulf salir con unos pantalones blancos, una camisa de botones de rayas azules y mocasines en color tabaco, Mew pensaba que ese hombre se había vestido así para seducirlo, por lo que toma una gran bocanada de aire. 

-Digno de una visita al palacio.

-Gracias alteza-haciendo una reverencia.

-No vuelvas a hacerlo-tomando su barbilla para acercarlo a su cara.

-Pero es lo correcto ¿o no?.

-No lo hagas, te lo pido.



Estando tan cerca, sentía su suave y fresco aliento, su penetrante mirada oscura como el acero lo tenía hipnotizado, se humedece los labios como señal de nerviosismo, algo que estimuló todos los sentidos de Mew al punto de desear olvidarse de la visita al palacio, tomarlo en sus brazos, llevarlo a su cama y poseerlo.

-¿Nos vamos entonces?-aclarándose la garganta.

-Si alteza... perdón, pero entonces ahora como debo de llamarlo-mirándolo expectante.

-Sólo dime Mew.

-¿Es correcto?

-Si te lo pido sí.

-De acuerdo... Mew... aunque no estoy cómodo con ello.



Oculto de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora