trece

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Jisung comía su ensalada mientras Garritas se limpiaba el lomo arriba de la mesa ya que era imposible sacarlo de allí; iba a volver a subirse tarde o temprano, era un gato sin mucho entrenamiento viviendo con un dueño en a mitad del proceso para domesticarlo.

Se había despertado al mediodía de buen humor y muchos mensajes. Bueno, no eran tantos, pero Jisung nunca tuvo tantos contactos como Jeongin, por ejemplo, uno de los que su nombre aparecía en su barra de notificaciones. Abrió sus mensajes primero y los respondió. Hacía mucho tiempo no veía ni tenía una conversación con su hermano ni con sus padres, así que Jeongin le avisó que pasaría por allí un día de estos. Luego abrió los de Hyunjin, que solo le preguntaba si podía hablar con él a la hora de salida ya que hoy no tenían clases juntos.

Y dejando lo mejor para el final -o solo quería hacerlo esperar-, Jisung abrió los de Minho.

"Buenos días, tú

Probablemente sigas durmiendo...

¿Es muy pronto para preguntar por tus horarios?

Tengo algo planeado para cuando salgas de tus clases."

Jisung respondió mientras se preparaba para salir de casa. No estaba seguro qué significaba la palabra "pronto", si aludía a la hora en la mañana o al anticipo con respecto a su relación. Esa ambigüedad podía marcar o sobrepasar muchos límites

"Sí, estaba durmiendo, necesito mis 12 horas de sueño en el día.

Mm, hoy salgo a las 19, ¿con eso te basta?"

El mensaje no reflejaba lo emocionado que estaba cada vez que Minho le proponía algo para hacer juntos. Sea lo que sea, Jisung obligó a su voz interior para que se callara. De todas formas, esta contaría cada segundo para volver a verlo.


"¡¿12 horas?! ¿Cómo puedes dormir tanto? ¿Acaso eres uno de mis gatos?"


Caminando hacia la estación de autobús, casi se golpea con un poste de luz al leer aparecerle en su pantalla siguiente mensaje:


"Con eso me basta, gatito."


Bien. No podía habérselo dicho en otro contexto... No, claro que no. Los nombres de cariño o esas cursilerías románticas no eran para él. Eran patéticos y Jisung los odiaba. Mucho... Demasiado... O tal vez ya no tanto...




(...)




Su celular vibraba en su bolsillo mientras intentaba tomar apuntes lo más rápido que su mano era capaz de lo que el profesor estaba explicando. En las primeras dos horas de clases no tuvo inconvenientes en seguir el ritmo ya que la clase era más práctica que teórica. Estas eran sus favoritas ya que las manualidades eran lo suyo y los profesores siempre quedaban satisfechos con sus trabajos. Sin embargo, no se había dejado de mensajear con Minho desde que se había despertado. Cuando hacían una pausa, era en esos momentos que aprovechaba para responder los sarcásticos y elocuentes mensajes que le llegaban. A veces Minho tardaba en responderle y luego de varios minutos sentía su bolsillo vibrar. Ambos tenían el día ocupado, Minho trabajaba en la veterinaria y Jisung en sus clases, pero nada era lo suficientemente importante para quitar su completa atención de ellos mismos.

Vet || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora