Min Yoon Gi es un chico universitario que está interesado en la más bella, popular y femenina chica de la universidad, pero ella parece esquivarlo siempre, así que decide acercarse al mejor amigo y confidente de ella, Park Jimin. El joven Park Jimin...
Mientras cenaban, Yoon Gi no dejaba de estar encantado y cautivado por la belleza femenina de Ji Min, pero no podía evitar notar que él no la estaba pasando tan bien, así que acercó su mano a la del menor, tomándola sobre la mesa.
- ¿sigues enojada conmigo? –dijo Yoon Gi.-
Al escuchar que se refirió a él como una mujer, Ji Min se disgustó un poco, pero recordó que había aceptado meterse en el papel de una chica, así que, soltando un pesado suspiro, asintió.
- Sí, lo estoy. –contestó.-
- Lo siento. –besó su mano.-
El menor alzó su mirada para verlo, pudo notar ese brillo en sus ojos, pero no logró conmoverlo, solo le hizo sentir aún peor, porque sabía que solo estaba actuando de esa manera porque estaba fingiendo ser una mujer.
- Apresuremos las cosas. –dijo Ji Min.-
Se levantó de su asiento y fue a sentarse en el regazo de Yoon Gi, dejando caer sus piernas a la altura de las caderas del mismo para dejar sus manos en su nuca y verlo a los ojos.
- ¿estás seguro de que quieres esto? –susurró Ji Min.- ayer lo hiciste porque estabas borracho, hoy... no es seguro que sigas queriendo hacerlo cuando me quite esta ropa.
Yoon Gi dejó sus manos sobre la cintura del contrario y esbozó una suave sonrisa.
- Por favor, solo quiero comprobar algo. –dijo el mayor.-
Mordiendo suavemente su labio inferior, Ji Min asintió y volvió a suspirar, inclinándose un poco y pegando su pecho al ajeno para besar los labios del mayor.
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Yoon Gi cerró sus ojos y se dejó llevar por el intenso y lujurioso movimiento de los carnosos labios del contrario, metiendo sus manos bajo la falda del mismo para acariciar sus muslos en lo que introducía su lengua a la boca del mismo y jugaba con la suya, escuchándolo suspirar y jadear. Tomó sus glúteos y con algo de fuerza los apretó y dio un par de azotes en los mismos, que le sacaron gemidos al menor; después de haber despertado sus ánimos con besos húmedos y manoseos, Ji Min se levantó y soltando una traviesa risa juguetona fue a la cama, tirando del cuello de la camisa del mayor que lo siguió. Se apoyó en sus rodillas y levantó las caderas, haciendo que se viera todo debajo de la falta, mordiendo suavemente su labio inferior.
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