VII. El intento de limpiar una conciencia sucia.

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Recostado en el sillón mientras veía el techo, Yoon Gi le dijo al psicólogo de principio a fin todo lo que había pasado con Ji Min y éste parecía estar tomando nota mientras escuchaba con atención, con una expresión seria en su rostro, que daba la impresión de que nada podía sorprenderlo.

- ¿qué podría hacer para dejar de verlo? –dijo Yoon Gi.-

El doctor dejó a un lado su libreta de apuntes y se quitó las gafas de lectura para ver al hombre frente a él.

- Todo parece indicar que la culpa de haber engañado a ese muchacho y de haberlo lastimado física y emocionalmente pesa sobre su conciencia, señor Min. –dijo el doctor.- puede que usted no lo note, pero en alguna parte de su subconsciente se siente mal y culpable. La manera en que visualiza al señor Park, como usted dijo que se llama, como las mujeres con las que se acuesta es similar a las malas jugadas que le hace su conciencia a las personas que matan y se engañan a sí mismas para no sentirse culpables, ven a sus víctimas en todas partes hasta que se vuelven locos. Pero su caso no es tan grave, le presentaré dos soluciones, usted verá la manera más cómoda.

Al escucharlo, Yoon Gi giró un poco su cabeza para verlo y se incorporó.

- Puede acostumbrarse a vivir teniendo relaciones sexuales imaginando que su amante es el señor Park hasta que llegue el día en que deje de pasar o aliviar su conciencia pidiéndole perdón, puede que su perdón sea la solución. –dijo el doctor.- aunque no es cien por ciento seguro, sin embargo, no pierde nada con intentarlo.

Guardó silencio, pensando en la mejor manera de pedirle perdón, ya que no quería seguir con la tortura de verlo en sus momentos íntimos, verlo en el baño mientras se ducha o en la cama al despertar, o en sus sueños las pocas horas que podía dormir, pagó la consulta y fue a casa soltando un largo suspiro de cansancio, encontrándose con la imagen efímera del sonriente Ji Min, sentado en el sillón, esperándolo, desvió su mirada cuando desapareció y fue a la cocina.

- Acabaré con estas visiones. –dijo.- obtendré su perdón.

Creyó que sería fácil, pero al día siguiente, cuando fue a la universidad para el festival tan esperado y lo vio vestido con un uniforme de sirvienta y una peluca, con medias y tacones, con el delantal blanco y el corsé, atendiendo a los estudiantes y maestros con una sonrisa amable no pudo evitar sentir una punzada en su pecho que lo dejó confundido y una en su entrepierna, que lo obligó a irse de allí.

Creyó que sería fácil, pero al día siguiente, cuando fue a la universidad para el festival tan esperado y lo vio vestido con un uniforme de sirvienta y una peluca, con medias y tacones, con el delantal blanco y el corsé, atendiendo a los estudiant...

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Aunque no faltó quien estuviera en contra de que él se travistiera, todos quedaron fascinados ante su belleza femenina, con relleno en el pecho para simular senos no muy grandes y su falda que cubría sus muslos blancos, era tanto su encanto que no quedó hombre o mujer que no se cautivara por él, incluso hubo quien se olvidó por completo de que era un hombre y terminó viéndolo como una chica.

Después de desahogarse en el baño, Yoon Gi suspiró, lavando sus manos, para después mojar su cara y mirarse al espejo con un leve sonrojo en sus mejillas, aunque con el ceño fruncido.

Un hombre muy macho || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora