Un hombre muy macho || Yoonmin

VI. Espejismos.

Sorprendido ante el repentino beso, antes de que Yoon Gi pudiera reaccionar, Ji Min ya se encontraba tratando de quitarle la ropa mientras devoraba sus labios como una fiera hambrienta, no pudo sentir nada más que asco y en ese momento se cegó por completo y dejó salir su verdadero yo, separándose de Ji Min con brusquedad.

- ¡¿en qué estás pensando, maldito homo?! –gritó, furioso.- ¡¿piensas que yo soy como tú?! ¡¿cómo te atreves a ponerme un dedo encima?!

Con su puño cerrado goleó con fuerza el rostro del chico que intentaba protegerse, confundido por su cambio de personalidad tan súbito y asustado por la fuerza con la que lo agredía; Yoon Gi se levantó.

- ¡¿acaso crees que yo soy un marica como tú?! –volvió a gritar.-

Enroscado como un cien pies, Ji Min recibía las patadas de Yoon Gi en sus piernas, ya que con ellas cubría su estómago, sin poder creer lo que estaba pasando.

- ¡vete a la mierda!

Escupió el suelo, pero mientras se alejaba se detuvo en seco, dándose cuenta por fin que se había dejado llevar por el asco y la rabia que sentía, logrando que todo el circo que había montado para llegar a Chung-Hee, se había caído.

Dolorido, Ji Min lo miró frunciendo el ceño, el ojo donde había recibido el golpe estaba rojo y al levantarse con esfuerzo cojeaba por el dolor de sus piernas, acercándose a él para tomarlo con fuerza del hombro y hacer que se volteara a verlo.

- ¡¿cuál es tu maldito problema?! –dijo Ji Min.- ¡¿tienes problemas psicológicos?! ¿maldito homo? ¡fuiste tú quien comenzó a coquetearme! ¡no te hagas el muy macho ahora!

Estático, Yoon Gi ahora solo era capaz de ver la ira con la que Ji Min lo veía y le gritaba de la misma manera en que él lo hizo.

- Fuiste tú quien se acercó a mí, creí que estábamos saliendo, maldito hipócrita. –apretó sus puños con fuerza.- ¿te crees muy macho por golpearme así? ¿o es por jugar con los sentimientos de las personas? ¡eres tú quien debería irse a la mierda!

Con toda la fuerza que acumuló con su rabia le devolvió el golpe al mayor, haciendo que por el impacto cayera al suelo, sin volver a decir ni hacer nada más; Ji Min bufó y se fue a recoger todo rápidamente, sin ordenar ni doblar, ni nada, mientras Yoon Gi se levantaba y se acercaba a él.

- Lo siento, lo siento. –dijo el mayor.- no sé qué me pasó, perdóname.

Fue ignorado, Ji Min se levantó tomando la canasta a la que se le caían las cosas mal ordenadas y se alejó caminando a paso apurado.

- Jimin... escúchame. –fue tras él y lo tomó del hombro.- lo siento... yo... no sé qué pasó, no lo pensé, perdóname.

- ¡no me toques! –se soltó bruscamente.- nunca más vuelvas a acercarte a mí.

Se alejó de él lo más rápido que pudo. Al llegar a su departamento tiró la canasta y fue a su cama, tirándose en ella mientras lloraba desconsoladamente el dolor de su amor roto, tan indignado por la manera en que Yoon Gi lo había tratado después de hacerle creer que sentía lo mismo, lloró hasta que sus ojos estuvieron tan hinchados y rojos que se quedó dormido.

Yoon Gi se reprendió a si mismo su estupidez irremediable y volvió a su departamento, bufando y refunfuñando entre dientes el haberse dejado llevar por sus impulsos, lo único en que pensaba era en que todo por lo que había trabajado lo había destruido en un momento y que seguramente Ji Min le contaría a Chung-Hee lo sucedido y ella terminaría por odiarlo también; la frustración no le permitió pegar los ojos en toda la noche, pensaba en el rechazo de la chica perfecta, solo en ella, ni siquiera pudo tomar en cuenta cómo debió haberse sentido Ji Min y cómo se sentía en ese momento.