Si de alguna manera pudiera regresar atrás, Furihata disfrutaría cada instante, cada momento junto a Akashi, le diría sin miedo que lo amaba, lo gritaría al mundo entero, abrazaría a Akashi y le daría todos los besos que siempre quiso darle, se entr...
Durante su último año, es nombrado capitán, con todos los votos a favor, en una abrumadora lucha que dio por perdida antes de comenzar, Furihata aceptó a regañadientes la camiseta con el número cuatro que su capitán le dio.
Sin embargo, al final... tiene que aceptar que, desde el fondo de su corazón disfruto cada momento que el equipo y el baloncesto le dio.
En su último partido como capitán, durante la Winter Cup, se enfrentaron a Rakuzan.
Y a Akashi.
Furihata ya no le temía, pero si lo respetaba como el grandioso jugador que era, durante su último año como capitán había tenido que acostumbrarse a interactuar con los demás, no pudo quedarse callado y no pudo dejarse intimidar por otros, incluso si por dentro estaba temblando como una hoja que es llevada por el viento a la deriva, se tragó todas sus inseguridades y miró a los ojos a Akashi, extendiendo su mano para saludarlo.
—Este es nuestro último partido, Furihata-kun. Disfrutémoslo y vayamos con todo. — Furihata se sorprende con las palabras que Akashi le dijo antes de comenzar el juego; puede sentir que esas palabras encendieron a Kagami, a todos es realidad.
Porque no puede esconder el fuego que recorre sus venas.
—No pensaba hacerlo de otra manera, Akashi-san, ¡Buena suerte y que gane el mejor!
Akashi se río.
Y el árbitro lanzó el balón.
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