Si de alguna manera pudiera regresar atrás, Furihata disfrutaría cada instante, cada momento junto a Akashi, le diría sin miedo que lo amaba, lo gritaría al mundo entero, abrazaría a Akashi y le daría todos los besos que siempre quiso darle, se entr...
En algún punto de su convivencia, Furihata se enamoró.
No recuerda exactamente cuándo, no recuerda porque, simplemente un día, se dio cuenta de que estaba enamorado de Akashi Seijuro, mientras miro al otro enfrentarse a Kagami Taiga, en uno de sus tantos encuentros milagrosos como los llamó Takao.
Lo cual era estúpido, enamorarse es decir.
Él era estúpido.
Akashi jamás le dio una razón para enamorarse de él.
Nunca lo trato diferente. Nunca fue demasiado amable, nunca hablo lo suficiente, solo lo necesario.
Nunca le hablo de sí mismo, todo fueron charlas vanas y fútiles.
— ¿Por qué no buscaste a una empleada para encargarse de la casa? — Preguntó un día, mirando la televisión, el partido de la NBA donde Aomine estaba jugando, estaba seguro que Akashi había querido asistir personalmente, pero compromisos de trabajo no lo dejaron ausentarse de Tokio por más de un día.
Akashi frunció su ceño ligeramente, ¿Por qué me preguntas ahora?, Furihata piensa que eso significa.
No está muy lejos de ser verdad.
Akashi no lo piensa ni un segundo antes de responder.
—No confío fácilmente en las personas.
—Pero ¿confiaste en mí?
Esta vez, Akashi tardo un poco en dar una respuesta.
—No realmente, fue Kuroko quien lo sugirió. Él dijo que eras la mejor opción, solo confié en él.
No confié en ti, confié en Kuroko, Akashi dijo.
Al menos, fue honesto, piensa Furihata antes de regresar toda su atención al juego en la pantalla.
Es mejor así.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
