El Phenex

8

Naruto ni Highschool DXD me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.

Sin más que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-san.

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Reaven llegó junto a Ravel ambas estaban al frente de la enorme mansión donde vivía Naruto.

La muerte de Kushina había sido hace dos días, su entierro fue la noche anterior.

Reaven y Ravel ambas estaban sonriendo ya que no se había enterado de la muerte de Kushina.

Reaven de inmediato captó el ambiente tenso, su sonrisa cayó mientras que un rostro serio se instaló en su cara.

-Madre-Habló Ravel moviéndose incómoda ya que no sabía que era este ambiente pero no le gustaba en lo más mínimo.

-Vamos mi terrón, Kuro y Shiro estan en el comedor-Habló Reaven sonriendole a su hija.

Ravel asintió mientras agarraba la mano de Reaven, se preguntaba dpnd estaba ese tonto rubio.

Minutos después.

Kuroka dejó el vaso de agua dulce al frente de Shirone quien comía unas galletas.

Kuroka tenía una sonrisa falsa para no alarmar a su pequeño sonido blanco, no se perdonaría si Shirone se deprimia, ella debía ser fuerte por ambas.

Naruto había estado distante, Kuroka se había colado en su forma gatuna ayer para dormir junto a él, pero el niño se levantó y fue a dormir en otra habitación.

Kuroka quiso llorar pero supo lo que Naruto estaba pasando, ella lo había sentido muchas veces pero no a ese nivel ya que su hermanita estaba sana y salva, ahora ella tenía alguien igual de importante que Shirone y sabía que se volvería loca si lo perdía.

-¿Hermana y el señor Naruto?-Preguntó Shirone viendo a su hermana mientras que Kuroka bajo sus orejas.

A Shirone le explicaron que Kushina había partido en un viaje de muchos años y sin comunicación, que donde iba era donde se curaria.

Naruto después de partir volvió bañado en sangre, se limpió y luego limpió la casa antes que Shirone se despertara, también cuido que Shirone no viera a su madre muerta.

Kuroka ayudó a Naruto a limpiar, ambos lo hicieron en silencio, no era el cómodo silencio que Kuroka estaba acostumbrada ni uno incómodo, era un silencio aturdidor y abrumador que hizo que los pelos de Kuroka se erizaran de precaución.

-Sabes que hoy es el día que le toca cortar árboles para luego cortarlos en trozos, debe de estar en el bosque eligiendo los que quiere acostar-Habló Kuroka mientras besaba la frente de su hermana.

Shirone ronroneo ante aquello, le gustaba que su hermana le besara la frente.

Shiro hubiera querido que Kushina estuviera aquí pero le deseaba suerte desde aquí, se sintió triste al saber que Kushina donde estaba no podía comunicarse con ellos pero no importaba ya que cuando volviera ella podría abrazarla con toda su fuerza sin miedo a lastimarla.

Flush.

Kuroka divagaba tanto en sus pensamientos que no se dio cuenta de la presencias, dio la vuelta mientras ponía su mano al frente de Shirone.

GIIIIII.

Ravel dio un salto de terror al por tal bufido gatuno, no era el de siempre que era lleno de molestia, este era cargado de malicia como si esa gata estuviera a punto de saltarle encima para cortarle la garganta.