El Juego

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Estoy sentada en el frio suelo de alguna habitación con un grupo de personas, acabo de despertar y siento un fuerte dolor en la nuca, llevo mi mano hacia ella en un inútil intento de calmar el dolor mientras miro a mi alrededor y trato de recordar qué diablos me sucedió.

Los demás individuos también están despertando, la mayoría son jóvenes entre los 18 y 25 años diría yo. Todos comienzan a pararse, somos 5 sujetos dentro de la habitación. Todos dan vueltas por el lugar e intentan salir, yo solo trato de mantener la calma y me arrastro a un rincón. No hay salida y no se oyen ruidos afuera.

La gente conmigo comienza a desesperarse, pero todos callan a la vez cuando se escuchan gritos al otro lado de una de las cuatro paredes y luego del lado contrario, lo que me hace pensar que estamos entre dos habitaciones con más personas atrapadas.

Abrazo mis piernas en mi rincón mientras me limito a observar detenidamente las acciones y características de las demás personas.

De repente se apagan las luces y se enciende una luz roja que ilumina el cuarto por completo y comienza a sonar un tipo de alarma. La puerta de madera se abre lentamente y todos la miramos sin apartar nuestros ojos de ella mientras esta nos da un nuevo camino.

Termina de abrirse y yo me paro para ver más de cerca. Nos miramos las caras y como si nos habláramos mentalmente, decidimos salir todos juntos.

Salgo de las ultimas, doy el primer paso y luego otro, miro a ambos lados y como supuse, habían más personas en otras habitaciones. Nos miramos entre todos y seguimos por el único pasillo que tenemos acceso. Somos exactamente 15 personas.

Llegamos a un living donde hay una gran mesa de centro llena con armas de juguetes, cuchillos, espadas, pistolas, escopetas, entre otras cosas, alrededor hay sofás y una chimenea encendida. Algunos se acercan a la mesa, otros se sientan y los demás se posicionan al lado de la chimenea. Nadie trata de hablar con nadie.

Me acerco en silencio a la mesa por mera curiosidad, comienzo a tomar los juguetes pensando para qué podrían servir y qué es lo que hacemos aquí. Decido tomar una daga de unos 15 cm que resulta fácil de guardar, no sé para qué serán estas cosas pero por algo están aquí.

Una muchacha morena y con un aura de timidez y simpatía se me acerca dando pequeños pasos, el juguete en mis manos lo escondo en mi manga y cruzo mis brazos en mi pecho mientras ella me saluda.

- ¿Qué crees que esté pasando?

-No lo sé.- Le respondo mientras me encojo de hombros y miro a mi alrededor.

-¿Tienes miedo?- Pregunta tratando de buscar mi mirada.

-Supongo que todos lo tienen.

-Tienes razón.- Concuerda conmigo.- ¿No estaría mal tener una compañera, no?

-Eso creo.

-Genial.-Dice animada mientras observa los juguetes sobre la mesa.- Si estánestas cosas aquí, por algo será.-Dice más para sí misma que para mí asique norespondo.

Me quedo al lado de ella mientras escoge alguno, toma una pistola con balines y se los guarda en su bolsillo trasero. Me sonríe, toma mi brazo y me guía a la chimenea. Desde ahí observamos en silencio a los demás.

La única puerta que tenemos a nuestro alcance en este momento, se comienza a abrir y el fuego se apaga de un momento a otro. Me suelto el cabello y pongo la liga en mi muñeca, me abrazo a mí misma tratando de conservar el calor pero funciona muy poco.

Todos comienzan a salir de a poco. Puedo notar que hay algunos más animados que otros y eso me da un poco más de temor, porque nadie sabe qué piensan los demás ni qué es lo que sucede.

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