𝘦𝘱𝘪𝘭𝘰𝘨𝘰

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Pidge cerró el diario, su diario, que encontró entre las cajas de antiguos recuerdos de Voltron. Al principio se llevó una sorpresa, ya que debido al polvo y el paso de los años, no recordaba qué era ese cuaderno, pero cuando leyó su contenido, miles de recuerdos volvieron a su mente, y la llevaron a esos tiempos dónde era la típica adolescente suspirando por chicos de su edad...o la mayoría.

Leyó cada carta allí guardada, cada confesión de amor y confusión, cada drama y cada secreto, riendo mientras más leía, ya que aquella Pidge de hace cuatro* años se le hacía muy lejana a quién era ahora.

Terminando la última carta dedicada a Shiro, dejó que una lágrima caiga sobre su rostro.

"Tal vez...", pensó, "...si hubiéramos esperado..."

- No — se dijo en voz alta.

La relación que tenía con sus cuatro amigos le sobraba. Cada uno estaba re haciendo su vida: Lance decidió probar la vida de granjero, Husk estaba cumpliendo su sueño de ser el mejor chef junto a su querida novia, Shay. Keith había avanzado en relación con los demás galra, demostrándoles lo buen líder que podía ser para el Imperio, y Shiro...

Pidge sonrió.

Tomó la última carta, la releyó y dejó que otra lágrima caiga, pero esta vez de felicidad.

- Me alegro que hayas podido encontrar a quién te haga feliz. —Dijo, recordando la boda de su ex líder.

Guardó las cartas sueltas y lo escrito en el diario en éste. Le quitó con cuidado el polvo que aún tenía y cuando ya estaba presentable, lo guardó en el estante de libros que tenía en su dormitorio. Se negaba a seguir guardado en un lugar oscuro y chico algo que le traje felicidad y libertad.

- Oye, nerd — la llamó Matt entrando a su dormitorio de la nada. — Ya tienes que ir con los demás, te están esperando.

Pidge recordó la cena.

- Oh, rayos, gracias por avisarme. Nos vemos más tarde — contestó, yendo lo más rápido posible al punto de encuentro con los demás, arreglándose un poco en el camino.

Cuando llegó al lugar, se sentó en su asiento.

- ¿Dónde estabas? ¡Muero de hambre! — La reprochó Lance.

- Lo siento, lo siento — dijo la castaña —. Estaba... —dirigió su vista hacia el monumento en honor a la princesa de Altea —...recordando viejos tiempos — se excusó, sonriéndole a los antiguos paladines de Voltron, los chicos a los cuales les había dedicado un diario, más de tres plumas, y muchos sentimientos.

Fin.

que tierno es haber podido terminar dos libros, nunca lo hice ª.
gracias por acompañarme hasta acá, perdón si el final no resultó tan uchi, o Pidge no terminó con ninguno, es que yo creo en Pidge soltera supremacy. dejando eso de lado, quiero agradecerles más que nada por HABERME TENIDO PACIENCIA, ahora pueden vivir en paz, sabiendo que está historia ya no va a estar pausada ni nada.
cómo siempre digo: fue un honor haber volado con ustedes.
❤️

*puse cuatro años porque no sabía con exactitud cuando tiempo pasó en el timeskip.

𝙙𝙚𝙖𝙧...𝙥𝙖𝙡𝙖𝙙𝙞𝙣𝙨? [DP#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora